Mi hijo mayor me manda desde Huelva un correo con la noticia de la muerte a los 88 años de edad de Blake Edwards porque sabe que una de mis películas favoritas, El guateque (The Party), protagonizada por Peter Sellers, es obra del director fallecido. Y a sugerencia suya me pongo a escribir unos renglones a la memoria de Blake Edwards y especialmente de la mencionada película, que me hace pasar ratos deliciosos cada vez que la veo.
Edwards (Tulsa, 1922 - Brentwood, 2010) se inició en el mundo del cine como guionista (lo había sido antes de la radio y la televisión), aunque antes participó como actor en Diez héroes de West Point, película dirigida por otro de los grandes, Henry Hathaway. Su primer guión cinematográfico importante fue el del western El imperio del crimen, escrito en colaboración con John Champion, y su primera dirección fue en Venga tu sonrisa. Luego llegaron las que lo hicieron inmortal en el mundo del celuloide: Desayuno con diamantes, Días de vino y rosas, La pantera rosa, La carrera del siglo, Así es la vida y un etcétera considerable, en el que sobresale la película de mis preferencias, The Party, en castellano El guateque.
En El guateque (1968) se retrata a un actor torpe (Peter Sellers) que es despedido de la película en que actúa porque rompe el decorado. Aún así es invitado por error a la fiesta que celebra el productor de la película y allí la monta provocando un sinfín de escenas hilarantes, en medio de una atmósfera rayana en el surrealismo, donde aparece desde un alud de espuma que lo inunda todo, hasta la cría de un elefante o un pollo que vuela. Lo bueno es que el actor poco hábil, un Peter Sellers soberbio, se ve envuelto en el lío sin comerlo ni beberlo, mientras que el espectador, sentado en su butaca navega por un río de carcajadas desde el principio al fin de la fiesta.
Como muestra, véase en el siguiente vídeo la hilarante escena del zapato.
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