domingo, 21 de abril de 2024

EDGAR ALLAN POE. MUJERES

 

SARAH

Sarah Elmira Royster Shelton (Richmond, 1810-1888) fue una amiga de la infancia y más tarde prometida del poeta, cuya relación comenzó cuando ella tenía 15 años de edad y terminó por interferencia de su padre a la vez que Poe estudiaba en la Universidad de Virginia. A diferencia de Poe, Sarah permaneció en Virginia toda su vida; allí se casó con el empresario Alexander Shelton, con quien tuvo cinco hijos, dos de los cuales alcanzaron la mayoría de edad. Después de la muerte de sus respectivos cónyuges, Edgar y Sara se volvieron a encontrar y reanudaron una relación amorosa que quedó truncada por la repentina muerte de Poe en 1849, cuando el poeta contaba apenas cuarenta años de edad. Muchos de los poemas de Poe o bien hacen referencia a Sara o bien fueron inspirados por ella. Sarah y Edgar eran vecinos cuando comenzaron su relación amistosa, en 1825 (contaban 15 y 16 años respectivamente) y tenían por costumbre dibujar y cantar (Sarah tocaba el piano y Edgar la acompañaba con la flauta). El cariño que los unía era evidente, y William, el hermano mayor de Edgar, escribió un poema llamado El pirata en el que Edgar estaba representado por el personaje Edgar-Léonard, el cual, lo mismo que ellos, había perdido a sus padres y se enamoraba de una joven de nombre Rosalie, que encarnaba Sarah. 

Con el paso del tiempo Sara y Edgar comenzaron a hablar de su matrimonio a pesar de que el padre de la joven estaba en desacuerdo. Aun así, los enamorados se comprometieron en secreto, al mismo tiempo que él comenzaba sus clases en la Universidad de Virginia en 1826. El padre de Sarah interceptó las cartas que Edgar escribió a la joven y las destruyó sin que ella las hubiera leído. A propósito de esa circunstancia, más tarde Sarah diría que la razón del descontento de su padre era su edad, aunque la verdad era que pesó más en el comportamiento del padre de Sarah la clase social y económica de Edgar, que era pobre y huérfano. Muchos años después, en una carta que Sarah escribió a un amigo describía así a nuestro poeta: “Edgar era un muchacho muy guapo, no muy hablador. De conversación agradable, pero de comportamiento más bien triste. Nunca hablaba de sus padres. Estaba muy ligado a la señora Allan, así como ella a él. Era entusiasta, impulsivo, no soportaba la menor grosería verbal.” Y mientras Sarah, pensando que Edgar la había olvidado, contraía matrimonio con el empresario Alexander Shelton, descendiente de una familia adinerada de Virginia, Edgar se daba a conocer como poeta en 1827 con el poema titulado Tamerlane, en el cual curiosamente se describe al protagonista conquistando al mundo sólo para volver y encontrar a su amada desposada con un hombre muerto para la poesía. Dos años más tarde Poe escribió otro poema dedicado a ella titulado Para ..., cuya última estrofa hace alusión a que el oro de Shelton no podría comprar el futuro que él planeaba para Sarah. 


Algún tiempo después Mary Winfree, íntima amiga de Sarah, visitó a Poe, quien por entonces ya vivía con su esposa Virginia y su suegra Maria Clemm, y le contó que Sarah no era feliz en su matrimonio con Shelton. Agradecido por la gran noticia, Poe escribió el poema Para Mary (1835). Poco después, Alexander Shelton contrajo una neumonía y falleció a la edad de 37 años. Doce años más tarde la entonces ya esposa de Edgar, Virginia, moría de tuberculosis. Edgar se mudó al año siguiente del fallecimiento de Virginia a Providence siguiendo a otra Sarah, ésta apellidada Whitman, una poetisa con la que llegaría a estar comprometido durante un breve período. Tras romperse el compromiso, se sabe que Poe prosiguió sus relaciones platónicas con Annie Richmond y Sarah Anna Lewis, quien le ayudó financieramente en alguna ocasión. Para ambas el escritor compuso poemas, publicados en esa época junto con un ensayo llamado Eureka, que trataba del universo visto como diverso, infinito y lleno de estrellas. Fracasadas sus propuestas románticas, Poe, abatido, cayó en el alcoholismo. Y en esas circunstancias regresó a Richmond, donde se encontró con la primera Sarah, que vivía en la calle Grace. Un conocido la describió como una mujer muy atractiva para esa época: “Sus ojos eran de un azul intenso, su cabello castaño, veteado de gris, su nariz fina y patricia... Su voz era muy baja, suave y dulce, sus maneras eran exquisitamente refinadas e, intelectualmente, era una mujer de educación y fuerza de carácter. Sus cualidades distintivas eran la gentileza y la feminidad.” 


En el verano de 1848, año y medio después de la muerte de su esposa Virginia, Edgar y Sarah se volvieron a encontrar. La visita de Poe resultó inesperada. Sarah dijo que estaba preparándose para ir a la iglesia cuando uno de los sirvientes le anunció que un caballero había venido a verla. Ella reconoció inmediatamente a Poe. Después Sarah asistió en primera fila a una clase magistral dictada por Poe en Richmond, lo cual sentaría las bases para una segunda relación. Aunque la pareja revivió su relación romántica en el transcurso del año siguiente y en ocasiones hablaron de matrimonio, los hijos de Sarah no aprobaban la relación, ya que una cláusula en la herencia de Alexander Shelton estipulaba que de volverse a casar, Sarah perdería tres cuartas partes de las propiedades heredadas. El 17 de septiembre de 1849 Poe visitó Richmond y se quedó con Sarah esa noche. Posteriormente escribiría: “Creo que me ama con más devoción que ninguna otra que haya conocido... No puedo evitar amarla yo también.” Poe esperaba casarse con ella antes de partir de Richmond y la instó para que respondiera. Sarah, por su parte, necesitaba tiempo para considerar el asunto: “Le dije que si no aceptaba una negativa, debía darme más tiempo para considerarlo.” Es probable que las reservas de Sarah se debieran a los rumores sobre los problemas que tenía el poeta con el alcoholismo y quizás fue por eso por lo que Poe decidió unirse a una asociación de abstinencia en Richmond conocida como los Hijos de la Templanza. La gira de conferencias dictadas por el poeta lo llevó a Norfolk y Old Point Comfort y posiblemente la pareja lograría comprometerse formalmente a finales de ese mismo mes. De cualquier modo, la boda nunca se habría llevado a efecto pues Poe dos semanas después de partir de Richmond el 27 de septiembre de 1849 hacia Baltimore murió de modo no muy claro en esa ciudad el 7 de octubre de 1849 (alguien dijo que los hermanos de Sarah habían sido los responsables de su muerte). Poco después Sarah diría que Edgar se hallaba muy triste la noche del 26 de septiembre antes de irse de su lado. También que Poe le había confesado que tenía el presentimiento de que no lo vería más. Por todo ello Sarah escribiría: “Me sentí tan miserable toda la noche que por la mañana temprano fui a indagar sobre su paradero cuando, lamentablemente, él ya había zarpado hacia Baltimore.” Otros apuntes dicen que en su lecho de muerte el poeta mencionó a una esposa que tenía en Richmond (probablemente Sarah). Aunque Sarah declarara algo después que no se habría casado con Edgar bajo ninguna circunstancia, aunque, por otra parte, previamente le había escrito una carta a Maria Clemm anunciándole que estaba lista para aceptarla como suegra (además, en la misma carta Sarah afirmaba que para ella, Edgar era el “objeto de más estima” en la tierra).

 


(De Viejas anotaciones sobre Poe)





jueves, 11 de abril de 2024

ESPINELAS POR UNA VOCACIÓN

 


Soy poeta porque quiero,

y, albañil del buen poema,

alzo el andamio del tema

con hierro y tablas de obrero.

Y el dolor es lo primero

que amaso en mi propia mano

con amor al ser humano

que conmigo hace la historia.

Dolor, amor y memoria

son mi verso castellano.

 


Escribo para encontrar

lo que siempre ando buscando:

la palabra que, aun callando,

quiere hablarme sin cesar.

Es el arte, es el azar

que en la noche más oscura

me alivian esta tortura

de buscar en soledad

la más alta claridad

de la poesía pura.

 

Mientras escribo un poema,

vivo una arcana aventura

de tristeza y de locura,

de sombra y de luz que quema.

Más que el sentido del tema,

importa el camino oscuro

y el esfuerzo puro y duro

por vestirlo como debe.

La palabra exacta y leve

y el sentimiento más puro.


 

La poesía es belleza,

arte, equilibrio y amor,

pero también es dolor,

miedo, fracaso, tristeza…

Cada verso es una pieza

del puzzle fiel de la vida,

y hay que alzarlo con medida,

con andamio de verdad.

La poesía es la edad

ardientemente vivida.


 

Las musas no vienen solas

a sacarme del problema

en que me ha puesto un poema

de arena ahogada en las olas.

Sólo el fiel trabajo a solas,

el acierto y el dolor

pueden traerme el favor

de las requeridas musas,

que entre palabras confusas

me dan un verso de amor.