domingo, 13 de enero de 2008

Ángel González



Palabra sobre palabra
alzando fuiste un andamio
de esperanza y libertad
para todos los hermanos.
Querías hacer un nido
de amor aquí, en este áspero
mundo que en suerte nos dieron,
para hacerlo más humano.
Y escogiste las palabras
compromiso, escombro, barro,
manos que saben luchar,
ojos que miran al alto,
piedra que se vuelve estatua,
estatua vuelta guijarro
que el tiempo demuele lento
para después olvidarlo.

Y un nombre siempre detrás:
Ángel González, notario
de cuanto fuera sucede
entre el cielo y el asfalto:
guerras, amores, olvidos,
silencios, triunfos, fracasos,
homenajes, brindis, penas
que con creces se pagaron,
escombros que se resisten
a morir... Al fin y al cabo
la historia del hombre es
una lucha sin descanso.

He aprendido tu lección,
como tú la de Machado.
Hasta luego, Ángel González,
voy a leerte otro rato.
(13 de enero de 2008)