
Primero fue Una lírica de Atlántida, de Juan Ramón y Jiménez; luego, Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso, de Miguel Delibes; y hoy le toca el turno al tercero de los libros que me regalaron los míos en mi recientemente vivido cumpleaños, El libro de los seres imaginarios, del polifacético escritor argentino Jorge Luis Borges. Se trata de un bestiario actual que recoge un buen número de seres inventados por la fantasía e imaginación del hombre en todo tiempo y lugar, unos nacidos en las mitologías y doctrinas que durante siglos han dado cuerpo a los temores y esperanzas de los hombres, como pueden ser el Minotauro, las Lamias, el ave Fénix, el Basilisco, el Dragón, el Hipogrifo, las Ninfas y un largo etcétera, y otros engendrados por escritores como Poe, Kafka, Wells, Lewis Carroll o Swedenborg, por citar unos pocos. Y aunque, como dice el recopilador-autor en el prólogo, "un libro de esta índole es necesariamente incompleto; que cada nueva edición es el núcleo de ediciones futuras, que pueden multiplicarse hasta el infinito", con los presentados aquí, el lector se hará una idea justa del contenido del libro. Con un lenguaje limpio y ameno, además de erudito, Borges nos pone en contacto con mundos propios de los cuentos y que alguna vez hemos soñado, otras leído y otras absolutamente desconocidos.

Un animal soñado por Kafka

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