jueves, 11 de octubre de 2012

ANTOLOGÍA COMENTADA DE LA POESÍA ESPAÑOLA


3. ARCIPRESTE DE HITA (1283?-1350?).  El Libro de Buen Amor (SIGLO XIV)

 

Los datos que nos han llegado de este autor proceden la mayoría de su obra. Sabemos que nació en Alcalá de Henares, fue Arcipreste de Hita (Guadalajara) y padeció prisión por orden del arzobispo de Toledo Gil de Albornoz.

Su obra capital recibe el nombre de Libro de Buen Amor, que contiene, como dice Menéndez Pelayo, toda la sociedad española del siglo XIV. Se trata de casi dos mil versos distribuidos en los siguientes apartados:

Narrativos: aventuras, la mayor parte amorosas, que narra el propio Arcipreste de manera autobiográfica; andanzas también amorosas habidas entre don Melón y doña Endrina y mediadas por la vieja Trotaconventos (antecedente de la Celestina); fábulas o apólogos de fuentes clásicas  (ejemplo, la disputa entre los griegos y los romanos); o la batalla entablada entre don Carnal y doña Cuaresma), etc.

Líricos: loores a la Virgen, de la que el Arcipreste se cree juglar; canciones populares de estudiantes, de ciegos; cantigas de serrana, en las que un caballero pide a una de estas moradoras de la sierra que le ayude a pasar algún puerto serrano y, de paso, la corteja; pero la moza no atiende a sus requiebros amorosos y le obliga a seguir su paso (la cantiga de serrana es una versión ruda de la delicada serranilla, género cultivado por el Marqués de Santillana un siglo después).

Didáctico-morales:reflexiones de tipo ético y moral sobre la muerte (a raíz de la de Trotaconventos); moralejas que acompañan a los apólogos del libro; comentarios críticos sobre aspectos diversos: la vida de los clérigos, el poder del dinero, el amor de la mujer pequeña; reflexiones irónicas acerca del loco amor del mundo y sus engaños, etc.

El Arcipreste es, ante todo, un moralista, pese a lo desenvuelto de su lenguaje. Así, él mismo nos dice en el prólogo que compone su libro para convencer a las gentes de la poca consistencia que posee el amor terrenal. He aquí sus palabras: “Donde yo de mi poquilla ciencia y mucha rudeza, entiendo cuántos bienes hacen perder al alma o al cuerpo en los muchos males que les apareja el loco amor del pecado del mundo, escogiendo y amando con buena voluntad salvación y gloria del paraíso para mi alma, hice esta chica escritura en memoria de bien y compuse este nuevo libro en que son escritas algunas maneras y maestrías y sutilezas engañosas del loco amor del mundo, que usan algunos para pecar.”



El Arcipreste en el Libro de Buen Amor se vale de un lenguaje fuerte, directo, variado y colorista. Es bien sabido que, además de ser una persona con una cultura sólida y extensa, se muestra en ocasiones como un autor popular. Por eso unas veces se expresa como un poetaexquisito, y sigue empleando la estrofa propia del mester de clerecía, esto es, la cuaderna vía, y otras, dado su espíritu alegre y campechano, su expresión recuerda la de un juglar, y, como tal, utiliza variedad de ritmos y expresiones populares y coloquiales para acercarse a todas las gentes, sea la que fuere su condición social y cultural. Y así, al lado de la citada cuaderna vía, emplea otras estrofas más flexibles y nuevas que muestran el rumbo hacia escuelas poéticas posteriores, como el zéjel.

El Libro de Buen Amor contiene variedad de temas, desde reflexiones morales sobre la maldad del dinero o del amor sensual, hasta lamentos funerarios, parábolas sobre el Carnaval y la Cuaresma, fábulas o Cantares de todo tipo: de estudiantes, de serranas, de ciegos… Pero también se incluyen en el libro canciones de alabanza a la Virgen y otras composiciones de carácter positivo, como los elogios. Entre ellos destaca el Elogio de la mujer pequeña; en este delicioso pasaje se ensalzan las virtudes y los rasgos físicos de la mujer chica, comparándola con los de algunos objetos valiosos, exquisitas especias y ciertos vegetales y animales, que poseen todos caracteres positivos referidos al color, el olor, el brillo, belleza, etc.

 
El texto corresponde al Elogio de la mujer pequeña; en este delicioso pasaje se ensalzan las virtudes y los rasgos físicos de la mujer chica, comparándola con los de algunos objetos valiosos, exquisitas especias y ciertos vegetales y animales, que poseen todos caracteres positivos referidos al color, el olor, el brillo, belleza, etc.

“Quiero abreviar, señores, esta predicación
porque siempre gusté de pequeño sermón
y de mujer pequeña y de breve razón:
pues lo poco y bien dicho queda en el corazón.

Del que mucho habla, ríen; quien mucho ríe es loco;
tiene la mujer chica gran amor y no poco.
Yo di grandes por chicas sin el menor sofoco,
mas dar chicas por altas es trueque que no evoco.

De que ensalce a las chicas el Amor me hizo ruego,
que diga sus noblezas; las quiero decir luego.
Loaré las chiquitas, y lo tendréis por juego.
¡Son frías como nieve y arden más que el fuego.

Son frías por defuera; en el amor ardientes;
en la cama solaz, placenteras, rientes;
en la casa hacendosas, cuerdas y complacientes;
mucho más hallaréis en cuanto paréis mientes.

En pequeño diamante yace gran resplandor,
en muy poquito azúcar yace mucho dulzor,
en la mujer pequeña yace muy grande amor,
pocas palabras bastan al buen entendedor.

Es muy pequeño el grano de la buena pimienta,
pero más que la nuez reconforta y calienta:
así, en mujer pequeña, cuando en amor consienta
no hay placer en el mundo que en ella no se sienta.

Como en la rosa chica está mucho color,  
como en un poco de oro gran precio y gran valor,
como en poco bálsamo yace muy buen olor,
así, en la mujer chica, yace muy gran amor.

Como el rubí pequeño tiene mucha bondad,
color, virtud y precio, nobleza y claridad,
así la mujer chica tiene mucha beldad,
hermosura y donaire, amor y lealtad.

Bien chica es la calandria y chico el ruiseñor,
pero cantan más dulce que otra ave mayor;
la mujer cuando chica por eso no es peor,
con amor es más dulce que azúcar y que flor.

…………………………………………………..

Para mujer pequeña no hay comparación:
terrenal paraíso y gran consolación,
alegría y solaz, placer y bendición;
vale más en la prueba que en la presentación.

Siempre quise a la chica más que a grande o mayor;
¡nunca fue mala cosa del mal ser huidor!;
del mal tomar lo menos, dice el entendedor;
por ello, entre mujeres, ¡la menor es mejor!”

 Nótese el empleo de la Cuaderna Vía, también llamada Tetrástrofo (estrofa de cuatro versos) Monorrimo (una sola rima)

 

 

4.  JORGE MANRIQUE. Coplas por la muerte de su padre. (SIGLO XV)

 

 
Jorge Manrique (1440-1479) equilibró su vida entre las armas y las letras. Nació en Paredes de Nava (Palencia), fue maestre de Santiago, defendió el bando del infante don Alfonso y, a su muerte, el de doña Isabel, por la que luchó contra el marqués de Villena. También ayudó a liberar el sitio de Uclés. Estuvo casado con doña Guiomar de Castañeda. Finalmente, murió peleando en el castillo de Garci-Muñoz (Cuenca).

Jorge Manrique también fue poeta de Cancionero, lo mismo que Juan de Mena o Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, pues muchos de sus poemas amorosos teñidos de una tristeza profunda fueron recogidos en ese tipo de colección de poesías. Se trata de una cincuentena de composiciones de temática obsesiva sobre la muerte y expresadas con excesiva retórica. También escribió poesía satírica. Así pues, podemos clasificar su producción cancioneril en tres partes: amorosa, satírica y doctrinal.

La amorosa (Castillo de amor o Ni vivir quiere que viva) se nutre de la lírica provenzal, y según ella la fidelidad del amante a su amada debe ser igual que la del siervo a su señor. La poesía satírica (Coplas a una beoda que tenía empeñado un brial en la taberna, por ejemplo) es de menor calado que la anterior.

Pero la obra que le dio verdadera fama es la de tono sentencioso y doctrinal, representada especialmente por las Coplas a la muerte de su padre (la edición príncipe apareció en Zamora, 1480),una de las más hermosas elegías de nuestra Literatura. Está formada por 43 estrofas dobles de pie quebrado o coplas manriqueñas, nombre debido a su autor, cuyo esquema estrófico básico es 8a, 8b, 4c, 8a, 8b, 4c. Las cuales desarrollan, entre otros, los siguientes temas: la caducidad de los bienes temporales, la añoranza del tiempo pasado, el poder igualatorio de la muerte, la fama, la estoica conformidad ante el final de la vida o los cambios caprichosos de la fortuna.

 
Las Coplas se inician con una consideración general sobre la fugacidad de la vida, proponiendo ejemplos de personajes ilustres del pasado más inmediato; continúan con la semblanzadel padre del poeta, don Rodrigo, y se cierran con un diálogoentre la muerte y el Maestre, que acepta morir con resignación, “pues querer hombre vivir / cuando Dios quiere que muera / es locura”.De lo que se deducen los tres tipos de vida presentes en la obra: la inmortal, la perecedera y la de la fama.

A caballo entre la Edad Media y el Renacimiento, Manrique recoge al principio de las Coplas una idea de la Biblia, presente en la tradición cristiana: la vida terrenal es un puente hacia la muerte (espíritu medieval); pero, por otra parte, se refleja también en ellas el entibiamiento religioso que tiene lugar al final de la Edad Media y, sobre todo, la idea de que el hombre puede lograr en vida algo que puede legar a sus descendientes: la fama (espíritu renacentista).

El lenguaje de las Coplas es sencillo y en ocasiones sentencioso, mientras que el tono, en consonancia con el contenido luctuoso del poema, es sereno, reflexivo, sentido y a veces severo. Con todo, encontramos en los versos metáforas, personificaciones, anáforas y otros recursos literarios que les confieren no pocas veces una contenida belleza.

 
El texto escogido abarca unas cuantas estrofas del final de la elegía de Jorge Manrique, las coplas que se refieren a la caracterización moral del difunto padre del poeta y a su conversación con la muerte (está muy lejos de aquí el tono sombrío de las Danzas de la muerte, aunque recuerda el asunto, tan manido durante toda la Edad Media, según el cual la muerte arrastra a una danza macabra a personas de distintas clases sociales, sin tener en cuenta tampoco a las más altas jerarquías humanas (papas, emperadores…).

 
“Aquel de buenos abrigo,
amado por virtuoso
de la gente
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente;
sus grandes hechos y claros
no cumple que los alabe,
pues los vieron,
ni los quiero hacer caros;
pues que el mundo todo sabe
cuáles fueron.

……………………………….

Después de puesta la vida
tantas veces por su ley
al tablero;
después de tan bien servida
la corona de su rey
verdadero;
después de tanta hazaña
a que no puede bastar
cuenta cierta:
en la su villa de Ocaña
vino la muerte a llamar
a su puerta,

diciendo: “Buen caballero,
dejad el mundo engañoso
y su halago;
vuestro corazón de acero,
muestre su esfuerzo famoso
en este trago;
y pues de vida y salud
hicisteis poca cuenta
por la fama,
esfuércese la virtud
para sufrir esta afrenta
que os reclama.

No se os haga tan amarga
la batalla temerosa
que esperáis
pues otra vida más larga
de la fama glorïosa
acá dejáis
(aunque esta vida de honor
tampoco no es eternal
ni verdadera);
mas, con todo, es muy mejor
que la otra temporal
perecedera.

Y pues vos, claro varón,
tanta sangre derramasteis
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganasteis
por las manos;
y con esta confianza
y con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperanza,
que esta otra vida tercera
ganaréis.”

“No gastemos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo.
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
y consiento en mi morir
con voluntad placentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera
es locura.”

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