viernes, 20 de febrero de 2015

PATADAS AL DICCIONARIO. El lenguaje de la prensa.



EL LENGUAJE QUE SONROJA

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A Sandra Barneda le sonroja en la última página de el Periódico del miércoles 18 de febrero de 2015, el dicho popular que empleó Albert Rivera, líder de Ciudadanos, en Málaga durante un mitin político: “Vamos a enseñar a pescar en Andalucía y no a repartir pescado.” Dejando aparte si el dicho proviene o no del proverbio chino "Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida", y que Rivera ha pedido ya disculpas al pueblo andaluz por haberse servido del proverbio para hacer política (lo que no le libra de su metedura de pata; para eso existen la reflexión y la prudencia), lo que me importa aquí es dejar constancia de dos asuntos que guardan relación: uno, la vergüenza que le da a la periodista ante la falta de tacto por parte del político catalán al emplear el tan traído proverbio, y dos, la falta del menor recato que muestra la periodista de El Periódico al escribir sin consultar antes si es correcta o no, lingüísticamente hablando, su propia redacción. Tres ejemplos sólo para no cargar excesivamente las tintas:
1. El primer párrafo, una lindeza de construcción, termina con esta frase: “…recelo de los que consiguen paliar los efectos físicos de la vergüenza, la timidez o la osadía de haber patinado sobre manera (dos palabras).”
La RAE define sobremanera, así, junto, en una sola palabra, como “En extremo, muchísimo”, que es justo lo que quiere decir la periodista (…”la osadía de haber patinado en extremo, o muchísimo”).
2.  El segundo párrafo, asimismo todo un modelo de estructura sintáctica, acaba de la siguiente manera: “…pero meritoria porque otros ni si quiera (dos palabras) descienden a ese peldaño”.
La RAE define siquiera, así, junto, en una sola palabra, como partícula negativa precedida o no de ni, como en el caso que nos ocupa, como “tampoco” (…”porque otros tampoco descienden a ese peldaño”).
3. El último párrafo, conclusión para “asnos”, comienza con esta enquistada expresión (“impuro” galicismo): “Es por ello que aliento a sonrojarse por salud y necesidad pública…”
La RAE tacha de incorrecto el galicismo es por ello que y propone el empleo de dos soluciones: o bien, es por ello por lo que… (amplificación excesiva, me parece a mí), o reduciendo el quiste expresivo extirpando los dos términos que sobran: es que, que sólo se utilizan para expresar falsas excusas. Le habría ido mejor a la periodista escribir simplemente: “Por ello aliento a sonrojarse…"