domingo, 15 de noviembre de 2009

POEMAS RESCATADOS






Continuamos rescatando poemas de Monólogo interior (Barcelona, 1998). Hoy les toca el turno a los tres siguientes:









TALLAS DE MUSEO






El almendro olvidó su luz de marzo
para hacerse mujer de luz serena
u hombre extasiado en alta muerte:
virgen o cristo de soledad inmensa.

El ciprés olvidó su verde monje
y los sacros acentos del invierno
para hacerse morder por altas gubias
y así librar la talla que había dentro.

Madera que fue andamio de ala y canto
hoy duerme la carcoma de su muerte
añorando la infancia del paisaje
que un día disfrutó en su luz más verde.


GORRIONES






Podíamos retratarlos
allí mismo en la tierra
donde a saltos buscaban su futuro
en la traición del trigo y la ballesta.

En los juegos de niños
aquello no tenía trascendencia:
era un pájaro más que había caído
prisionero mortal de nuestra ciencia.

Pero seguían allí
formando luz y esencia
de nuestra pobre infancia
saltando a la ventura por las huertas.

Siempre estaban felices,
enajenados en su inquieta primavera,
ajenos a la trampa que nacía
de nuestra propia fiesta.





CON VOZ Y SANGRE DE SONETO






Con voz y sangre de soneto escribo
lo que me dicta el río de la vida,
haciendo de la orilla luz y herida,
enmienda y manual de cuanto vivo.

Y así si en vez de odio amor recibo,
entiendo que mi estrella está encendida.
Y si en vez de calor, piedra aterida,
aprendo de ese brillo negativo.

Lo que importa es amar contra corriente,
subir las cuestas del agreste olvido
y a partir del pasado hacer presente.

De este modo mi río, puente a puente,
llevándose en su espejo lo vivido,
marchará hacia su mar alta la frente.

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