sábado, 9 de abril de 2011

De vista, de oídas, de leídas

A vueltas con los libros



Ayer en un programa de televisión topé con una noticia cultural que me puso en alerta. Por lo visto diariamente se tiran a la basura centenares de libros de todo tipo. El odio a la lectura de algunos individuos alcalza alturas insospechadas. Menos mal que, como contrapartida, existen numerosas iniciativas que hacen posible que el libro siga salvándose de tamaños atentados. Una empresa recicladora de basura de papel y cartón se encarga de rescatar de la basura cuantos libros puedan, para limpiarlos, arreglarlos y ponerlos de nuevo al alcance de quienes sí aprecian la lectura. Me desenrosco el cráneo ante esas personas amigas de los libros, lo mismo que ante la iniciativa que hace unos meses puso en marcha el Ayuntamiento de Madrid para fomentar la afición de la la lectura, depositando ejemplares en sitios visibles para que la gente, a su paso, los encontrara y pudiera aprovecharse de ellos y, una vez leídos, volverlos a dejar sobre un banco del paseo, un buzón de correos, a la entrada del metro o lugares estratégicos similares. Ya puestos a agradecer labores culturales parecidas, debo destacar la que hace la Biblioteca Municipal de mi ciudad, Cerdanyola del Vallés, que ha puesto al servicio del ciudadano, dentro de las instalaciones de la Biblioteca, un servicio de intercambio de libros, cuyo funcionamiento es muy sencillo. El que quiera ceder algunos volúmenes que ya ha leído no tiene más que depositarlos en unas cestas preparadas a tal efecto, para que otra persona pueda tomar el libro que quiera leer. Sólo le veo un inconveniente: que únicamente se cojan libros de la cesta y no se deje ninguno a cambio (detalle que va precisamente en contra del mencionado intercambio). Sin embargo, la gente es responsable (salvo la que tira libros a la basura) y sabe en todo momento cómo comportarse y ser solidaria sobre todo.

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