domingo, 27 de marzo de 2011

Los libros que hay que leer

Juicio universal, de Giovanni Papini

Giovanni Papini, escritor italiano (Florencia, 1881-1956), fue uno de los autores extranjeros que descubrí en profundidad nada más llegar a Barcelona en 1964, rastreando libros en las mañanas de los domingos en el mercadillo de San Antonio, Así fue como di con algunas de sus obras más conocidas en España, entre ellas, Gog, El libro negro, Palabras y sangres, Figuras humanas "Retratos" y la que da título a esta entrada de hoy.

El ejemplar que poseo de Juicio universal (Editorial Planeta, Colección Omnibus) data de 1959. Papini tuvo ya la primera idea de escribir esta magna obra en 1904, obra que iba a ser una enciclopedia de la vida humana representada en todos sus aspectos por una multitud de resucitados. En 1908, con el título Informe sobre los hombres, ya tenía escritos 120 capítulos. Luego hubo una gran pausa, que Papini aprovechó para realizar otros proyectos. Volvió a la obra en 1940, a la que tituló definitivamente Juicio universal y escribió sin parar en ella hasta 1944. Añadió nuevos capítulos en 1945. Tras un nuevo parón de varios años, en 1951 reinició la tarea y al año siguiente escribió el último capítulo.

La obra se compone de dieciséis apartados, desde el 1º, titulado Amantes de Dios, luciferinos, ateos, hasta el 16º, Historiadores, poetas y escritores. Pasando por otros donde aparecen en escena todo tipo de hombres y mujeres, desde apóstoles y profetas a narcisos y egoístas, gobernantes, religiosos, desesperados, salvajes, brujos, filósofos, mujeres pecadoras, asesinos, comediantes, esclavos, lujuriosos o mercaderes. Cierra el volumen un epílogo con los coros de las madres y de los inocentes. Y se completa con unas necesarias Noticias sobre los personajes históricos incluidos en él ordenados alfabéticamente.




Para que se vean la sencilla estructura de la obra (los ángeles acusadores interrogan y escuchan a los resucitados antes de que Dios los salve o los condene) y el estilo terso y directo del autor, a continuación copiamos un fragmento:


"ÁNGEL

¿Qué puedes decir, Michel de Montaigne, de tu apología de la duda que te hizo famoso y hasta infamado entre los hombres?

MONTAIGNE

De muchas y vergonzosas culpas cometidas o acariciadas en mi mente cuando viví mi primera vida debo perdir perdón a Dios sapientísimo que me hizo nacer cristiano en tierra cristiana y me otorgó otros muchos beneficios y privilegios, como el bienestar que me libró de las ordinarias servidumbres y el amor a los estudios que me salvó del enojo del embrutecimiento, y de aquellos pecados estoy aquí para responder y para recibir la pena adecuada. Pero entre aquellas culpas no me parece, a juicio mío, que deba enumerar aquel que injustamente fue llamado, tanto por amigos como por enemigos, mi escepticismo."

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