martes, 9 de octubre de 2012

TRES PERSONAJES PARA UN ENTREMÉS


QUINTA ESCENA

Los mismos y el DOCTOR.

 
DOCTOR
(Tocándose el vientre.) Creo que algo no me ha sentado bien. A lo mejor el pisto… Tengo el vientre como un tambor.

ARLEQUÍN
Dicen que en este caso lo mejor es saltar y brincar. Así. (Salta y brinca haciendo círculos.) ¿Lo ve? Ya verá cómo, a los pocos saltos, el tambor se relaja.

PANTALÓN
Mejor es hacer el pino. Si quiere, yo le cojo por los pies.

ARLEQUÍN
Y yo le sostengo el libro.

DOCTOR
Probemos con el pino; lo veo más lógico que brincar. (A ARLEQUÍN.) Téngame el libro. (Se lo da. Pausa.) (A PANTALÓN.) Allá voy. (Se echa las manos al suelo y hace el pino mientras PANTALÓN  le sujeta las piernas por los tobillos.) ¿Qué tal lo hago?

PANTALÓN
De momento bien. Aguante unos segundos.
(ARLEQUÍN aprovecha para echar una ojeada al libro.)

ARLEQUÍN (Sorprendido.) ¡Pero si sólo es un diccionario!
 


DOCTOR
(Sin perder la posición del pino.) Pues claro que es un diccionario. (A PANTALÓN.) Suélteme. (PANTALÓN le obedece.) ¿Qué se creía que era?

ARLEQUÍN
(Aún con la cara de sorpresa pintada en su cara.) ¿Y para qué le sirve un diccionario?

DOCTOR
Pues para lo que sirve un diccionario: para saber cómo se escriben las palabras y qué significado tiene cada una.

PANTALÓN
(Fingiendo.) Pues claro. El diccionario te aclara, por ejemplo, que absolver es diferente que absorber, y que vienes con V es del verbo venir, mientras que bienes, con B, significa riquezas.

ARLEQUÍN
Noto en sus palabras un ligero tono de burla. Porque ¿a qué viene ahora hablar de bienes y riquezas? Pues debe saber que usted absorbe toda mi paciencia y por lo tanto no le absuelvo de sus impertinencias.

DOCTOR
(Asombrado.) Y yo no entiendo, con todos mis conocimientos de Letras y Humanidades, qué significado encierra la misteriosa conversación que ahora están manteniendo ustedes dos.

PANTALÓN
(Quitando importancia a la situación.) No le haga caso, Doctor. Está obsesionado con la boda de su amigo, y el no poder llegar a tiempo para leerle su magnífico escrito de enhorabuena le pone muy nervioso.

DOCTOR
Hagamos una cosa. Yo los acompaño al pueblo y les digo dónde pueden encontrar el medio de transporte que les lleve a sus respectivos destinos. ¿Qué les parece?

ARLEQUÍN
A mí me parece bien, aunque antes me gustaría llenar el estómago con alguna vianda de esas que usted ha probado en el ventorrillo. Que dicen que el pensamiento funciona si está lleno el estómago.

PANTALÓN
A mí me parecen bien las dos ideas, aunque me inclino a satisfacer antes la que ha apuntado Arlequín.

DOCTOR
Pues no se hable más. Aunque yo no tengo la menor intención de volver a probar bocado en unas horas. (Hace un gesto de dolor y se echa mano al estómago.)

ARLEQUÍN
Se me ocurre una idea.

PANTALÓN
(En alerta.) Hay que tener cuidado con las ideas de Arlequín. A ver qué idea es esa.

ARLEQUÍN
Antes, me gustaría alegrar la cara del Doctor con una adivinanza.

PANTALÓN
¿Adivinanzas ahora? ¡Quite, quite!
 

DOCTOR
Deje que la formule. A mí siempre me han gustado las adivinanzas. (A ARLEQUÍN.) Venga la adivinanza.

ARLEQUÍN
(Poniéndose en situación.)
“Si el enamorado es entendido,
ahí va el nombre de la amada
y el color de su vestido.”
 
PANTALÓN
(Decepcionado.) ¿Ya está?

DOCTOR
(Concentrado.) Si el enamorado…

ARLEQUÍN
(Repitiendo con intención.) “Si elena morado…

PANTALÓN
Luego no será nada. Una de sus tonterías.

ARLEQUÍN
¿Se dan por vencidos?

PANTALÓN
Yo sí.

DOCTOR
Yo no.

PANTALÓN
Pues siga pensando. (A ARLEQUÍN.) ¿Cuál era esa idea?

ARLEQUÍN
Muy sencilla. Yo me acerco al ventorrillo y, para ir haciendo boca, me como el par de huevos fritos y los torreznos que el Doctor tenía previsto merendarse luego. Y después traigo comida para nosotros dos. ¿Qué te parece?

DOCTOR
(Cayendo en la cuenta.) Ya lo tengo. El nombre de la amada es Elena y morado el color de su vestido.

ARLEQUÍN
Muy bien, Doctor. La mente es la que vale.

PANTALÓN
¿Pero no decías que sin llenar el estómago…

DOCTOR
Ya puestos a hacer adivinanzas, yo les voy a formular otra, aunque ésta no tiene una solución tan fácil.

ARLEQUÍN
(Simulando interés.) A ver

DOCTOR
(Con aire misterioso.)
“El diccionario que llevo
no es tan sólo un diccionario;
que lleva un tesoro nuevo
que sólo ve el visionario.”

ARLEQUÍN
Lo que más me gusta de la adivinanza es la palabra tesoro. En cuanto a lo de que sólo lo ve el visionario, eso me desconcierta. Déjeme pensar…

DOCTOR
Piense todo lo que quiera, per hágalo mientras va al ventorrillo a llenarse el estómago. (Mostrándole unas monedas.) Aquí tiene dinero para los huevos y los torreznos y para traerle algo de comer a Pantalón.
 
 

ARLEQUÍN
(Extrañado.) ¿Algo de comer a Pantalón? ¿Y yo?

DOCTOR
Usted ya habrá comido los huevos y los torreznos. Tampoco vaya a abusar ahora. (Le da las monedas.) Hasta la vista. Pantalón y yo nos quedamos aquí a esperarle.

(ARLEQUÍN sale.)

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