A veces los primeros planos de las cosas desvirtúan sus principales características y, a cambio, ofrecen desconocidas y misteriosas facetas suyas que de buenas a primeras son imperceptibles. Lo he podido comprobar estos días mientras paseaba por la orilla de la playa y el paseo marítimo de una localidad mediterránea que quiero especialmente. Con ayuda de mi máquina fotográfica he obtenido primeros planos de cosas que había visto anteriormente. Y los hallazgos son cuando menos llamativos. He aquí tres.
Tras la huella del amo
El tiempo y el olvido
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