jueves, 9 de junio de 2011

El poema del mes

Carpe diem


Hablando del recital poético que el próximo 17 de junio celebraremos el grupo Viernes Culturales en el Ateneo de Cerdanyola del Vallés a las 7 y media de la tarde, hoy concluyo todas las referencias al acto incluyendo, tal como prometía hace unos días, un par de muestras de mi intervención.

Sin dejar de soñar

Los racimos pasados penden de la memoria
y las horas vividas son ya tiempo extinguido
en la agenda diaria de nuestra soledad.
La noche se presenta como otras veces pródiga
para servir de cofre a esta mágica perla,
siempre activa y presente llamada la amistad.

Entre vosotros vuelvo a soñar que la vida
no es sólo este huracán que mezcla espina y rosa,
saludo y despedida, amor y desamor.
Entre vosotros vuelve a ser todo esperanza,
otoño que no muere bajo este oscuro viento
silente del olvido, del miedo, del dolor.

Dejemos que los lutos, las penas y los miedos
descansen unas horas mientras dura esta gracia
de estar juntos bebiendo y hablando sin pesar.
Que mañana este río al que llamamos vida
volverá a transportarnos como hojas de otoño
de un sueño hasta otro sueño sin dejar de soñar.



Romance del retorno

Surcos, hazas de mi tierra,
cunas para el cereal
donde mi paisano sueña
en la harina de su pan
bajo soles de justicia
y látigos de la edad:
con las rectas del arado
se mide su humanidad.

El Duero, espejo que ríe,
refleja la Catedral
entre las sombras del soto.
Árbol, piedra, soledad
del agua que muere viendo
su diáfana eternidad.

Sobre las aguas del río
la piedra del Puente va
desde mi barrio a las cuestas
que suben a la ciudad.
Tajamares de silencio
y ojos de tierna verdad,
¿adónde lleváis el alma
de mi vetusta ciudad?
Historia y camino eterno,
poesía y soledad.

Dentro de la Magdalena,
ajena al vivo pasar,
sueña su muerte una dama
hasta el alba del final
con sueños de amor y piedra,
clave de serenidad.
¡Quién pudiera así morir!
¡Quién pudiera así soñar!


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