El recital de Viernes Culturales
Ayer por la tarde, acompañados de un grupo de amigos y conocidos los que formamos Viernes Culturales llevamos a cabo el recital poético que estaba fijado. Fueron cuatro formas diferentes de concebir la poesía y dos idiomas de expresión; más diversidad no podía pedirse. Dora Huertas, la primera en intervenir, con la voz modulada y clara a que nos tiene acostumbrados, leyó poemas intimistas que iban desde impresiones extraídas de la naturaleza a temas relacionados con la vida, la familia, el amor o el tiempo que pasa veloz dejando su impronta en nuestras actuaciones cotidianas.
Enric Piera nos dejó muestras de una poesía libre, directa, humorística a veces, de inquietudes sociales y políticas otras, una poesía basada en juegos de palabras casi siempre. Miquel Sánchez dividió su intervención en dos vertientes poéticas diferentes: la primera, jocosa, basada también en juegos fonéticos y en alusiones matemáticas, y la segunda, más seria, adoptó un aire íntimo en ocasiones y en otras reivindicativo, muy en su línea. De mi intervención poco puedo añadir a lo que dije en una entrada anterior de mi blog. Defensor de una poesía lírica e intimista, me limité a leer poemas de mi última publicación, Hacia la luz, especialmente aquellos que recogen el momento actual, haciendo una especie de canto al presente, al Carpe diem sereno que vivo en mi jubilación. Horas y lugares vividos intensamente, desde la de la mañana en que la naturaleza se despereza y me hace su confidente, hasta la de la calma y quietud de la tarde en la que toda actividad laboral se recoge. Horas vividas junto a un estanque, en la playa, en un pueblo de la sierra. Y el amor a todas las cosas que las ilumina y las prepara para hacerse propicias y beneficiosas.
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