Recuerdo de Marc Chagall
Ayer, domingo 5 de junio, tuvo lugar en el Museo municipal de Tossa un acto cultural en honor de Chagall (1887-1985), concretamente, la inauguración de una modesta sala dedicada al pintor francés de origen bielorruso que pasó algún tiempo en Tossa de Mar (1933-1934). Junto a su famoso cuadro pintado al guasch sobre papel El violinista celeste, pasé un rato inolvidable contemplando su obra singular, donde la poesía y la emoción están aseguradas, mientras una joven violinista tocaba una pieza en homenaje al artista.
Se da la circunstancia de que el Museo celebraba también su 75 aniversario. Ya son años para un museo pequeñito y sin grandes ínfulas como el de Tossa, que, por otra parte guarda aceptables obras de la pintura catalana contemporánea (Crèixams, Togores, Sunyer o Mompou, entre otros), de la pintura extranjera (Sacharoff, Zügel, Kars o el citado Chagall) y sobre todo, los hallazgos arqueológicos de la Vila dels Atmellers, sita en la población.
Antes de acabar el acto y tomar una copa de cava en honor del Violinista celeste de Chagall y de su recién inaugurada sala, la joven violinista volvió a deleitarnos a los presentes con el Cant dels Ocells, de Pau Casals.
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