8. El faro del fin del mundo
Fue hace un tiempo. De viaje por Formentera. El autobúd cruzaba la isla de costa a costa entre sabinas y sorpresas, leyendas y realidades que lindaban con la fantasía. Y de pronto, Julio Verne nos dio el alto. Y empezó a contarnos las historia del faro que lo acompaña eternamente. Su blancura casi irreal destacaba en el cielo añil. No había otra cosa a nuestro alrededor que el viento que venía del vecino acantilado y el mar profundo a muchos pies de altura. Me guardé la historia del novelista y me quedé con la que me contaba lisa y llanamente el faro que tenía delante. Una historia que en vez de hablar del fin del mundo cantaba las excelencias de un paisaje que abría de repente
HOLA! desde aqui, de Argentina, donde realmente existe el faro del fin del mundo, o asi nos sentimos algunas veces, en el infinito borde del mundo...me encanta leer el contenido de su blog, con recuerdos que en nada se parecen a los de mis antepasados, pero me llenan de placer leerlos.
ResponderEliminarEscribo para mi familia, o eso digo yo, ellas, mis hijas insisten en que tenga mi blog, pero me es imposible salir del anonimato, supongo que no es mi tiempo, estoy embarcada en un relato historico que se desarrolla entre los años 1820-1865 en las provincias de San Juan y Mendoza, para nosotros plena lucha fraticida, o sea un real desafio que me llevará años! pero entrar cada tanto a leer sus escritos me saca de mi tarea y me trae aires frescos, agradecida que comparta con quienes lo leemos!!!Adriana
Muchas gracias, querida amiga, por sus palabras. Las palabras de usted y las de quienes siguen mi blog me llenan de orgullo y me obligan a seguir escribiendo. Gracias de nuevo y que sauqe adelante con éxito esa novela histórica en la que anda metida.
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