viernes, 12 de noviembre de 2010

DE VISTA, DE OÍDAS, DE LEÍDAS

Adiós a Carlos Edmundo de Ory




Ayer se fue en la nave que nunca ha de tornar Carlos Edmundo de Ory, fundador del Postismo (surrealismo tardío) junto con Eduardo Chicharro y Silvano Sernesi. Ory había nacido en Cádiz en 1923 y fue, además de poeta, ensayista y narrador. Y con el pintor darío Suro escribió un manifiesto sobre pintura y poesía titulado Introrrealismo. Su poesía tuvo dos grandes temas estelares: el amor y el dolor. A propósito de ello Ory dejó dicho: "Como hombre, he de decir que todo se resume en eso, en el amor a los seres humanos afines, a la naturaleza, a la música, a la poesía; y en el dolor de la visión que revelan los versos de Rubén Darío: "Casas de cincuenta pisos, servidumbre de color, millones de circuncisos, máquinas, diarios, avisos ¡y dolor, dolor, dolor!"


Entre sus libros de poesía destacan Esa joya absoluta que es Poesía (1945-1969) y Música de lobo (2006) .


Desde aquí le dedico un cariñoso recuerdo y acompaño mi sincero homenaje con una composición suya titulada precisamente Los amantes de la música de lobo.






Los amantes de la música de lobo
y tú mi compañía de fruto a quien
ofrezco el resistir y la estación de ojos
que escapan por la red del mundo
Habitantes hay allí de senos con leche
Las aves son el único pescante
de salud y abajo el esqueleto brilla
como fósforo en orillas del sueño
Extraña raíz el día y más extraña
la melena del tiempo. Mira ahora
fuera la luz de dentro. Saca ahora
tu grandísima lengua de tiempo
El aire escucha caer tu vida
sin pregunta sin conozco sin nadie
muerta cruza la muerte por encima
de los techos de la quejumbre
Es el fondo y no más lóbrego sería
un tambor enfermo por el rito
En mi interior de rostro de niño
la lluvia resbala y cojea
Esto es como un hallazgo de aguas
que meditan en altos diluviones
del amor en las antiguas noches.

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