domingo, 2 de diciembre de 2012

EL POEMA DEL MES


LLANTO POR SIRIA

 


No estoy hablando de poesía:
estoy hablando de bombas,
de casas que se rompen
como cajas de cartón,
de retratos hechos añicos
entre el polvo y los escombros.

No estoy hablando de metáforas:
estoy hablando de familias
arrodilladas ante la muerte
y el tiro en la nuca,
de niños amortajados
con lágrimas de sus padres.

No estoy hablando de versos:
estoy hablando de tanques
avanzando entre ruinas
y trozos de cadáveres,
de risas de soldados
rearmando sus fusiles.

No estoy hablando de poesía:
estoy hablando de crímenes
mientras medio mundo se gira
para hablar del euríbor
y el otro medio invierte
en balas y en mentiras.

No estoy hablando de metáforas:
estoy hablando de mujeres
que buscan entre las piedras
los cuerpos de sus hijos,
de gritos sofocados
por la furia de los bombardeos.

No estoy hablando de versos:
estoy hablando de días
convertidas en noches,
de pueblos arrasados,
de silencios horribles,
de soledades infinitas.


Estoy hablando de Siria,
de Damasco, de Alepo,
de gentes desahuciadas
convertidas en éxodos,
en tristes campamentos
llorando en otras patrias.

Estoy hablando de Siria,
un país sin futuro
donde la muerte escarba
en cada casa herida,
donde los vivos matan
y los muertos acusan.

Pero ¿quién los escucha?
Cada día la tele
se mancha con su sangre.
Hay palabras de pena,
pero nadie hace nada
para parar la guerra.

¿Cuántos muertos se espera
que saturen los ojos
del mundo que está lejos
del humo y la mortaja?
¿Hasta dónde el sunami
del cinismo del hombre?

Mientras tanto en la tierra
de Siria llueve fuego,
corren ríos de sangre
y la reina es la muerte.
Esto no es un poema:
es la verdad que escuece.

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