Estaría bueno que yo no dedicara a mi ciudad natal una entrada de esta naturaleza.
Zamora, antes de ser Zamora, era una población pequeña que los romanos en su avance se encontraron junto al Duero y de nombre Ocellum, "Ojito", y sin más la llamaron Ocellum Durii, "Ojito del Duero", y la verdad es que la ciudad que fue creciendo a un lado y a otro del río bien podía llamarse así porque era y es parte esencial de la vida del río castellano que nace en los Picos de Urbión y muere en Oporto (Portugal). De ahí que exista la expresión "Ser el ojito derecho de una cosa" aplicada a algo que es muy querido.
Pero con el paso del tiempo y de los diversos conquistadores de la ciudad, Ocellum Durii pasó a ser bajo la denominación visigoda Senimure o Semure (nombre posiblemente derivado de los semures germánicos que pasaron por Francia antes de entrar en la antigua España). Así pues, los visigodos, al ver a su llegada la destruida Ocellum, la denominaron Semure, "Viejo muro".
Tras la invasión visigoda, nuestra ciudad cayó en poder de los impetuosos árabes, que, ante el topónimo germánico existente e influenciados seguramente por la abundancia de poblados norteafricanos llamados Azemur o Zemoura, que significan "Olivar silvestre", la llamaron Çamora, nombre que originó el actual.
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