jueves, 6 de diciembre de 2012

ANTOLOGÍA COMENTADA DE LA POESÍA ESPAÑOLA


Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) nació y murió en Madrid. Estudió Humanidades y Telogía en el Colegio de los Jesuitas de la capital de España. Completó estas carreras en las Universidades de Alcalá de Henares y Salamanca. Asistió como soldado en la Guerra de Cataluña, pero por poco tiempo porque no tenía vocación de militar. En su madurez se ordenó sacerdote y le honraron con sus favores los monarcas Felipe IV y Carlos II. Llevó una vida más o menos tranquila, dedicado a cumplir con sus dos vocaciones más importantes: la religiosa y la literaria. Unos días antes de morir, presintiendo su marcha, vistió el sayal de san Francisco, la correa de san Agustín y el escapulario del Carmen y pidió ser enterrado como los pobres.
 

 
Dejando aparte su monumental obra dramática, que es objeto de otro lugar, Calderón destacó como poeta (de hecho, lo mismo que Lope, el otro gran pilar de nuestro Teatro Nacional) sembró sus comedias, dramas y autos sacramentales de la más alta poesía lírica en forma de sonetos, décimas, romances, etcétera, que son modelos en sus respectivos géneros. Con Calderón de la Barca el Barroco español nos muestra al poeta del pensamiento. Seguidor de Séneca y el estoicismo, explica en su poesía que el hombre se basta a sí mismo porque la felicidad está en su interior y que la vida pasa como un sueño.

 Los textos elegidos son: una décima dirigida a Lope de Vega, el famoso soneto dedicado A unas flores y la Canción de Nisida.

 

1.

“Aunque la persecución
de la envidia tema el sabio,
no reciba de ella agravio,
que es de serlo aprobación.
Los que más presumen son,
Lope, a los que envidia das,
y en su presunción verás
lo que tus glorias merecen,
pues los que más te engrandecen
son los que te envidian más.”

 

2.

“Estas que fueron pompa y alegría
despertando al albor de la mañana,
a la tarde serán lástima vana
durmiendo en brazos de la noche fría.

 Este matiz que al cielo desafía,
iris listado de oro, nieve y grana,
será escarmiento de la vida humana,
tanto se emprende el término de un día.

 A florecer las rosas madrugaron
y para envejecerse florecieron,
cuna y sepulcro en un botón hallaron.

 Tales los hombres sus fortunas vieron,
en un día nacieron y expiraron,
que, pasados los siglos, horas fueron.

 

 

3.

“Ruiseñor, que volando vas,
cantando finezas, cantando favores,
¡oh cuánta pena me das!
Pero no, que si hoy cantas amores,
tú tendrás celos y tú llorarás.

¡Qué alegre y desvanecido
cantas, dulce ruiseñor,
las venturas del amor,
olvidado de tu olvido!

En ti, de ti entretenido,
al ver cuán ufano estás,
¡oh cuánta pena me das
publicando tus favores!
Pero no, que si cantas amores,
tú tendrás celos y tú llorarás.”

 Nótese la estructura de esta canción. En la primera estrofa el esquema es : 9A 12B 8a 10B 11A (los dos versos finales forman el estribillo, que se repetirá al final de la canción). La segunda estrofa está formada por una redondilla (8c 8d 8d 8c). Finalmente, la tercera y última estrofa presenta el siguiente esquema: 8c 8a 8b (verso de vuelta) 10B 11A (estribillo).

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