Vidas rebeldes
Vidas rebeldes (título original The Misfits) es una de esas películas que le hace pasar al expectador momentos malos mientras la ve y le reconforta felizmente cuando acaba.
Dejando aparte elementos externos a la película que para muchos es considerada maldita (por ejemplo, la muerte de infarto de Clark Gable recién acabado el rodaje), por fin logró estrenarse en 1961. En blanco y negro, de una duración (124 minutos) que no se hace en ningún momento larga, está soberbiamente protagonizada principalmente por una Marilyn Monroe en la fase final de su carrera cinematográfica (moriría en misteriosas circunstancias sólo un año después de estrenarse la película), Clark Gable, Mongomery Clift y Eli Wallach, y dirigida por Jonh Huston, desarrolla un guión del excelente dramaturgo Arthur Miller (a la sazón marido de la protagonista). Existen muchos factores para afirmar que el film que nos ocupa es redondo, pero destacaremos los que nos parecen más eficaces. En primer lugar, como no podía ser de otro modo dada la autoría del guión, el texto, la profundidad de los diálogos que mantiene Marilyn con los tres personajes masculinos, perdedores y fracasados como ella, sobre el amor, la soledad, la frustración, la vejez...En segundo lugar, la fotografía (lástima que las imágenes de esos magníficos paisajes del estado de Nevada sean en blanco y negro), de Russell Metty, en ocasiones conseguida desde el aire, con impresionantes vistas de extensas llanuras y montañas rocosas. Y escenas memorables, como las del rodeo o la emotiva captura de los caballos salvajes, sin duda el motivo del desenlace aleccionador de toda la película.
He aquí un tráiler del film
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