domingo, 6 de diciembre de 2009

POEMAS RESCATADOS

Alor Novísimo era (espero que siga siéndolo) una revista monográfica extremeña dirigida por un generoso Bernardo Víctor Carande donde colaboré en tres o cuatro números con sendos poemas. Hoy quiero rescatar del Monográfico dedicado al Mar (Año 6º Números 25/26 Diputación Provincial Publicaciones. Badajoz enero/junio 1991) el poema titulado








MI MAR

No es mi mar el mar que brama en olas
de tinta en prosa o en verso.

Mi mar es el que ahora veo,
esta fuerza sin paz que se enamora
del barco y de la roca,
y con el cielo
estrena la alta vida
en un inmenso beso.

Mi mar, antes de verlo,
era ya este mar que me persigue
por andamios y sueños,
en tristezas y en gozos,
en soledad y en compañía
o en las voces que visten mis silencios.

Y es tanto ya este mar para mi vida
que brama en los latidos de mi pecho,
camina con mis huellas
y ansía con mi anhelo.

Si me alegro, se alegra
y baila con los mástiles del puerto.
Y si lloro, también llora en los cantiles
solitarios
y sufre si yo enfermo.

Mi mar es uno más de la familia:
con él vivo a diario y con él muero.
Y si quiero,
hasta puedo ceñirlo en olas quietas
de tinta en prosa o en verso.




Del Monográfico dedicado a Los Toros (Año 5º/6º. Números 23 /24. Julio /diciembre 1990) el poema







TORO

No quiero que seas más toro que arde,
ciclón de sangre que reclama el luto
en el cerco arenoso de una tarde.
Sigue siendo el toro de la dehesa
que embiste al aire matinal del campo
y cumple, masculino, con las hembras.

No quiero que seas más rayo que escapa
a la burla escarlata de un capote,
a la sombra afilada de una espada.
Quiero verte en la yunta aficionado
y en la noche soñando mientras rumias
el heno de la calma en el establo.

No quiero que seas más asta sin brillos,
trofeo de salón, andamio oscuro
de donde cuelga el tiempo sus hastíos.
Quiero verte en el óleo de los cuadros,
en campos de cerámica encendida,
en duradero bronce recreado.

Porque tú eres el hijo de aquel toro
que eternidad sobre Guisando pasta.
Porque tú eres, soñada piel de mito,
la mágica metáfora de España.




Del Monográfico dedicado a La Biblioteca (Números 21 /22 de ídem) el poema









A MI BIBLIOTECA

Un día me alejarán de ti
llevándose mis pies ya sin caminos,
las manos derrotadas sobre el pecho,
el traje rubricado con tiza y con bolígrafo,
y seguirás hablando desde tu blanco bosque
de algo mío muy mío
que escrito en los linderos
sonará sin un ruido.

¡Qué gran amiga eres!,
¡con qué solicitud me abres tus nidos
cuando al vencer el día vuelvo a casa
en busca del descanso merecido,
cuando tras un viaje entro de nuevo
en la estación tranquila de tu escrito!

En tus surcos de tinta
sembrado estoy de niño
con semillas de Verne, de Kipling o Salgari,
y trepa mi juventud por brotes limpios
de Neruda, de Bécquer o Machado,
hasta tejer el nido
de madurez con ramas de Unamuno o Kundera
hasta pulirme en Cervantes y en su mito.

Como un Quijote humilde viviré en tus hojas,
las únicas que no tendrán olvido.




Finalmente, del Monográfico dedicado a la oveja (Números 19 /20. Julio / diciembre 1989) el poema titulado precisamente





OVEJA

Oveja es palabra vieja,
como Dios, invierno o mundo.
La lana de su nombre
y el fragante queso de su fruto
son nubes de antigüedad
que pastan el embrujo
del verde silencioso
de los campos castellanamente duros.

Oveja es palabra vieja,
como el hombre profundo
que empujaba el ariete hasta romper
el más ardiente muro.

Como la sangre viva
derramada en los ritos más ocultos.
Como los sueños, vellocinos
que resumen la esencia de lo oscuro,
lo que perpetua el ansia de subir
al inquieto desván del otro mundo.



















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