martes, 29 de diciembre de 2009

POEMAS RESCATADOS






Le toca el turno ahora a los versos que aparecen en mi novela Polvo y pisadas en un camino, que publiqué en Bubok el pasado año (aprovecho la ocasión para afirmar que el resultado tipográfico no es de mi agrado pues, entre otras cosas, el formato que le han dado es el propio de un catecismo, en el que, consecuentemente, la letra ha resultado diminuta y prácticamente ilegible). A continuación rescato los siguientes poemas pertenecientes a Polvo y pisadas en un camino :








COPLA DE LOS JERIFALTES


¡Qué bien os va el carnaval
disfrazados de sotana:

en una mano el misal

y en la otra la sotana!




ENTRE FRAY LUIS Y GARCILASO


¡Y dejas, Jesús Pérez,

a tus chicos ausentes y dolidos

en estas aulas! Vuelve

y hazles entretenidos

sus libros que son arduos y aburridos.


Dolientes, duras horas asesinas,

aulas que a la tarde desfallecen,

alumnos que tropiezan con lexemas

y se duermen al ruido de la tiza

trazando en la pizarra albos senderos.




EN LA MARCHA DE UN COMPAÑERO


Hay pocas cosas tristes en la marcha,

como dejar la vida sobre el tiempo

en el mantel de los olvidos

o sobre el largo río del silencio.

Como dejar un hábito, un oficio

que se hizo humanidad entre los dedos...

Pero el recuerdo y la nostalgia pueden

sacar de aguas benditas el venero

que sigue alimentando las raíces

en nuestro tronco abierto a cielos nuevos.

Y así, un papel doblado en el bolsillo,

un horario, una nota, un libro viejo,

la macha de bolígrafo en un traje...

te evocarán el alma de las aulas,

el ruido del pasillo o de las risas

de una urraca posada en el sendero.

Y seguirás anclado de algún modo

al mar de la enseñanza aunque estés lejos.




EPIGRAMA



Siempre estás triste, Tristón,

en tus hoyos de tristeza

metido hasta la cabeza

y dolido el corazón.

Esa cara has de encender

con nuevos tragos de vino

y alegrar tu gris camino

con la miel de una mujer.



LA ESCOBA


La escoba siempre arrastra

los pelos por el suelo;

su cuerpo, tieso y flaco,

barriendo mira al cielo.

Furiosa el polvo empuja,

y dicen que de noche

sobre ella va una bruja.



EL CISNE BLANCO


Sobre la línea del agua,

el cisne blanco es un dos,

un dos de tiza que nada

y se arrodilla ante Dios.



JUBILADO

A Pallerín


Pallero, viejo amigo,

¿dejaste al fin la tiza a buen recaudo

al fondo del cajón de lo vivido?

¿Dejaste al fin cerrada la ventana

que daba a la arboleda de tu horario?

¿Aún sigues sintiendo la luz fiel

de los ojos alumnos en tu espejo?

Es algo que no muere. Todavía

está reciente el aire que lo mueve.

Aún respira

tu alma los aromas del oficio.

Pero todo algún día pasa y teje

su nido en la memoria y pone huevos

de pálida nostalgia. También tú

vivirás lo agridulce de esta hora.

Los ecos, no las voces, el reflejo

del alma en la corriente. Pero ahora,

Pallero, viejo amigo,

disfruta de esta magia, de este gozo

que da el saber que has hecho los deberes

con alta nota. Brillan todavía

en tus manos las uvas que plantaste.

Bebe el vino de la satisfacción,

que el recuerdo está en la copa ya bebida.






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