lunes, 21 de diciembre de 2009

DE VISTA, DE OÍDAS, DE LEÍDAS


¿Dónde está enterrado Lorca?


Con esto de la memoria histórica nos ha dado por abrir fosas en todas partes en busca de nuestros seres queridos que durante la guerra civil desaparecieron. Federico García Lorca es uno de esos seres, queridos para nuestro patrimonio cultural y literario y para su familia, cuyos restos se quieren desenterrar a toda costa. Pero el caso es que donde se creía que estaba enterrado tras su horrible asesinato en los primeros días del "Alzamiento Nacional" en Alfacar (carretera de Víznar), no está. Allí sigue la piedra que los seguidores del poeta buscábamos para rendirle homenaje, pero nada más (aunque quizá sea todo para recordar al autor de Yerma y no olvidar lo que hicieron con él). Sin embargo, ya puestos a interesarnos por el paradero de sus restos, un montón de preguntas viene ahora a mi boca. Dejando aparte la que encabeza esta entrada de mi blog, la primera que formulo es: ¿Acaso los restos del poeta los rescataron sus familiares al poco de ser sepultados en la fosa de Alfacar para enterrarlos en algún lugar de la Huerta de San Vicente de Granada, donde Lorca pasó mucho tiempo de su vida en paz, con aquel balcón abierto por donde se escapaban las notas melancólicas de su piano en busca de mayor comprensión ("Si muero, dejad el balcón abierto...") y donde su familia instaló una casa museo motivo de numerosas visitas? Otra pregunta que me formulo mucho últimamente es: ¿Dijo la verdad el sepulturero acerca del lugar donde enterró al poeta junto con sus compañeros de tragedia? De cualquier modo, a mí parece que eso, a la vista de la historia (no de la memoria histórica, que eso parece que se ha olvidado en otros casos), a la vista de la historia, digo, no es lo más importante (a Cervantes le ocurrió otro tanto y nunca ha dejado de ser Cervantes). Lo que de debemos hacer todos es leer más a Lorca y no marear la perdiz. Y para contribuir a ello, no se me ocurre otra cosa que copiar un poema del poeta:


Otro sueño


"¡Una golondrina vuela
hacia muy lejos!...

Hay floraciones de rocío
sobre mi sueño,
y mi corazón da vueltas
lleno de tedio,
como un tiovivo en que la Muerte
pasea a sus hijuelos.
¡Quisiera en estos árboles
atar al tiempo
con un cable de noche negra,
y pintar luego
con mi sangre las riberas
pálidas de mis recuerdos!

¿Cuántos hijos tiene la Muerte?
¡Todos están en mi pecho!

¡Una golondrina viene
de muy lejos!

Y atemos al tiempo, como dice el poeta, al tiempo que ya no existe, y dejemos ir en libertad y en paz al tiempo que vivivos y al que nos espera, sin tanto rencor ni tanta memoria histórica. Que lo que hace uno y otra es poner palos en la rueda de quienes soñamos con vivir en paz y en libertad (sin políticas baratas de ninguna clase).

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