martes, 15 de diciembre de 2009

POEMAS RESCATADOS



Reordenando viejos papeles en la buhardilla, me encuentro unas hojas pertenecientes a la revista mexicana NORTE y en ellas un poema mío que Arias de la Canal, el generoso y atento director de la Revista, escogió a su vez del Cuaderno XX de AZOR, una serie de publicaciones que aquí en Barcelona dirigía José Jurado Morales, maestro también de la tertulia de poetas a la que asistí en los años setenta y ochenta en su propia casa de Borrell y donde hice tan buenos amigos. He aquí ese poema titulado



PODA


Asisto a esta pacífica mutilación,
a esta necesaria mutilación.


La sierra rasga la mañana silenciosa
y los pájaros cantan lejos,
sabedores de esta poda perentoria, urgente
que hará brotar mañana otro follaje,
otro abrigo nuevo para sus blandos cuerpos.


Veo derrumbarse brazos viejos, cansados,
caer a tierra con la piel podrida,
con un golpe de muerte que no agobia,
que no estremece.


El cielo queda limpio.
El árbol queda limpio, adolescente,
de nuevo luchador, de nuevo atento
a la vida.

Poda liberadora,
muerte conveniente:
¡qué resurrección preparas,
lenta, segura, poderosa!
Detrás de los muñotes rezumantes
queda la sangre nueva,
la savia que alimenta las bodegas
del árbol;
mañana subirá encendida
hasta los confines vegetales
para dejar en el aire
el grito verde
de la resurrección anunciada.

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