viernes, 4 de diciembre de 2009

FOTOGRAFÍAS QUE HABLAN SOLAS

6.






Siempre en continuas obras. Y no desmerece por ello el motivo principal. Así es la vida. Renovar o morir. Eso nos pasa a todos y a las ciudades donde vivimos o visitamos también. Como a Vitoria. La fotografía habla sola. La Catedral Neogótica, hoy Museo Diocesano, sigue ahí con su belleza única, remedando fielmente el estilo gótico en puertas, ojivas, pináculos y arbotantes, sin olvidar vidrieras y rosetones, pese al bullicio y trajín de las obras vecinas que se encargan de remozar la cara de calzadas y aceras aledañas a la Plaza de Lovaina. Para hacer todo eso es necesario un poco de sacrificio, que los vitorianos asumen con resignación y a los turistas como yo no les queda otro recurso que imitarles. Un día la cirugía plástica a que se está sometiendo la anatomía exterior de la ciudad dará los resultados apetecidos y toda esta parafernalia de Obras Públicas, con sus baldosas apiladas, palés arrumbados, carteles anunciadores, tuberías, cascotes, maquinaria y herramientas de albañilería, habrá desaparecido de esta parte de la ciudad, y la cara de la catedral aparecerá totalmente despejada, exenta en su total belleza, y la plaza y las avenidas colindantes, volverán a ser transitadas con alegría y orgullo, bajo el cielo cambiante y amable de Vitoria.

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