sábado, 21 de agosto de 2010

LECTURAS


Ciertos clásicos. Satiricón


Me ha dado de un tiempo a esta parte por releer la antigua colección de clásicos que adquirí en 1990 y cuyos ejemplares han corrido dispar suerte. ¡Qué mejor que el verano y la jubilación para dedicarse a estas sabrosísimas actividades! El último que releo en estos días en que se despide agosto del calendario con la vuelta a la altas temperaturas es el Satiricón, de Petronio. ¡Cuántos tesoros guarda en sus páginas. Yo siempre he dicho que la picaresca española tiene su origen en ciertos relatos griegos y romanos. Uno de ellos sin duda es el libro que nos ocupa. Encolpio, el narrador en primera persona, es el típico pícaro vividor que pasa su existencia gorroneando y viviendo a costa de los demás, sin ninguna moral y dispuesto a morir por llenar el estómago y saciar sus instintos más básicos. Por otra parte, el famoso y abundante banquete que ofrece el opulento Trimalción es un pretexto para ofrecernos las costumbres de la época en una colonia romana, donde esclavos, liberos y señores, hombres y mujeres se mezclan sin ningún reparo y se engañan mutumente a la vista de todos. Materia hay para que la literatura posterior extraiga de ella lo que más le convenga. ¡Qué cerca está, por ejemplo, en lo que se refiere a las viandas que se ofrecen a los comensales de Trimalción, el famoso pasaje del Quijote relacionado con las bodas de Camacho! Y si buscamos otros ingredientes que entraron a formar parte en futuras literaturas, no nos defraudarán. Dos ejemplos. Primero, el relato de licantropía que narra uno de los comensalesde futuros relatos, según el cual un soldado que acompaña a un esclavo en un viaje, ante la sorpresa de éste, se desnuda a la luz de la luna y deja la ropa en las proximidades de un cementerio; acto seguido se convierte en lobo y siembra la muerte en una granja cercana, aunque antes de desaparecer es herido en el cuello por una lanza; el esclavo regresa a casa y se entera por una mujer del destrozo que ha causado la bestia entre las ovejas. Luego va a la posada donde está alojado el soldado y lo encuentra tumbado en la cama, agonizando por la herida que tiene en el cuello. El otro relato que también se cuenta durante el banquete de Trimalción trata de unas brujas que atacan el cadáver de un muchacho recién fallecido y se lo llevan dejando en su lugar un maniquí relleno de paja. Vamos, que la literatura fantástica, lo mismo que cualquier otra, no de es de ahora, sino de los antiguos, que ya lo probaron todo. Como Encolpio y su amigo Asciltio. Como sin duda el mismo Petronio Arbiter, o Nerón, a cuya época pertenece el autor del Satiricón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario