Haikús para el verano (I)
La caracola:
las olas sin el mar
lloran a solas.
Una gaviota
escribe su poema
de arena y rosas.
Barco en la playa:
tiembla un brillo de nieve
a flor del agua.
Junto a la orilla,
los cristales pulidos
rezan y brillan.
El cormorán
siembra en la roca versos
de espuma y sal.
En la tormenta
se derrumban las nubes
en la riera.
Lluvia en el mar:
agua amante que vuelve,
fiel, a soñar.
Bailando tangos,
el corazón se duele
de lo olvidado.
En esos rayos
se retiene la rabia
de mil diablos.
Noche de agosto:
una estrella fugaz
ríe en tus ojos.
Ruedan los truenos
sobre la piel del monte
presa del miedo.
Música, suena;
que el tiempo entre nosotros
vivo se queda.
Noche callada:
un pañuelo sin lágrimas,
gaviota blanca.
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