CÓMO COMENTAR TEXTOS LITERARIOS (I)
1.
Comentar un texto literario es, a grandes rasgos, indicar por escrito qué dice y cómo lo dice y señalar la relación que guardan entre sí ambos aspectos, que corresponden al plano del contenido y al de la expresión, respectivamente.
El primer paso que hay que dar para comentar un texto literario acertadamente, obviamente hay que leerlo con atención para entenderlo en su totalidad y en cada una de sus partes.
A continuación, tanto si el texto que se acaba de leer está en verso como si está en prosa, hay que intentar situarlo (o contextualizarlo, como se dice ahora) junto con su autor, en la época en que se escribió, señalando de qué modo respetan uno y otro las características generales de esa etapa o movimiento literario, en cuyo seno nacieron.
Veamos un ejemplo. Sea la fábula de Samaniego siguiente:
El primer paso que hay que dar para comentar un texto literario acertadamente, obviamente hay que leerlo con atención para entenderlo en su totalidad y en cada una de sus partes.
A continuación, tanto si el texto que se acaba de leer está en verso como si está en prosa, hay que intentar situarlo (o contextualizarlo, como se dice ahora) junto con su autor, en la época en que se escribió, señalando de qué modo respetan uno y otro las características generales de esa etapa o movimiento literario, en cuyo seno nacieron.
Veamos un ejemplo. Sea la fábula de Samaniego siguiente:
"Bebiendo un perro en el Nilo
al mismo tiempo corría.
--Bebe quieto --le decía
un taimado cocodrilo.
Díjole el perro prudente: 5
--Dañoso es beber y andar,
¿pero es sano el aguardar
a que me claves el diente?
¡Oh, qué docto perro viejo!
Yo venero tu sentir 10
en esto de no seguir
del enemigo el consejo."
Tras leer y comprender el contenido de la fábula, pasamos a la
SITUACIÓN
Samaniego es un autor típico del Neoclasicismo español y sus fábulas se hallan dentro de uno de los postulados típicos del movimiento: ilustrar, educar en la estética y en la moral al hombre del siglo XVIII, en el que reinan la razón y las normas de buen comportamiento.
Una vez hemos situado el texto y su autor en el tiempo y escuela a que pertenecen, debemos indicar de qué trata el texto en cuestión, es decir, dar cuenta de su contenido semántico y señalar las partes en que se estructura, haciendo referencia a los versos o líneas que abarcan dichas partes. Algo así:
CONTENIDO
La fábula presente pretende enseñar a no seguir los consejos del enemigo, porque siempre encierran un peligro En este caso, un perro experimentado prefiere beber corriendo antes que caer entre las fauces del taimado cocodrilo, que le aconseja beber quieto.
Podemos dividir el contenido en varias partes: 1, el perro bebe corriendo en las aguas del Nilo (versos 1 y 2); 2, diálogo entre el cocodrilo y el perro: el primero le aconseja que beba tranquilo y el segundo le contesta que prefiere beber como lo hace a acabar entre los dientes de su enemigo (versos 3 a 8); y 3, moraleja: el autor alaba el hecho de no seguir el consejo del enemigo.
Luego se pasará al análisis o comentario propiamente dicho, en el cual se indicará, en el caso de que el texto esté en verso, de qué clase son los versos y estrofas que lo componen, para enseguida hablar del lenguaje empleado y sus niveles principales: vocabulario, morfología, sintaxis, etcétera, así como las figuras expresivas utilizadas en el texto. Explicando siempre de qué modo la expresión empleada enriquece y apoya el contenido del texto. Veamos cómo se haría en el ejemplo escogido.
ANÁLISIS
La fábula está compuesta de 12 versos octosílabos distribuidos en tres redondillas con rima diferente en cada una; así que su esquema métrico es 8a 8b 8b 8a; 8c 8d 8d 8c; 8e 8f 8f 8e.
El lenguaje empleado es claro y sencillo, como exige este tipo de poesía que lo que busca es favorecer su comprensión. Los encabalgamientos entre los versos son suaves y apenas aparecen recursos expresivos complicados en la composición. A no ser los múltiples pero sencillos hipérbatos, exigidos en muchos casos por la rima consonante de la fábula, y en cambio, la moraleja, parte esencial de la composición, respeta al máximo el orden lógico de la frase, salvo el último verso, también por exigencias de la rima (Sujeto, verbo, complemento directo, complemento circunstancial). Conviene señalar, sin embargo, los epítetos taimado (cocodrilo) y prudente (perro), aplicados a los dos personajes de la historia (al protagonista de ella, el autor le añade más adelante otros dos: docto y viejo). También la interrogación retórica de los versos 7 y 8 y la exclamación del verso 9, con la que expresa el poeta su sentimiento de admiración por el protagonista de la fábula. Por otra parte, también están presentes en la fábula la narración (versos 1 y 2), el diálogo (versos 3 a 8) y la digresión filosófica o moral en primera persona dirigida a un tú (versos 9 a 12).
Finalmente, se hará un balance o conclusión valorativa del texto a que el lector ha llegado tras su lectura. Así:
CONCLUSIÓN
En resumen, la intención didáctica con que el texto fue escrito se cumple perfectamente con la forma empleada para llevarla a cabo, una fábula, en la que se cuenta con amenidad una especie de breve apólogo seguido de una moraleja, y en verso para que sea fácilmente recordada.
2.
Vamos a hacer lo mismo con un texto literario en prosa. Se trata de un fragmento de la novela El sombrero de tres picos, de Pedro Antonio de Alarcón. Te presento el comentario de textos completo.
"Lucas era en aquel entonces, y seguía siendo en la fecha a que nos referimos, de pequeña estatura (a lo menos en relación con su mujer), un poco cargado de espaldas, muy moreno, barbilampiño, narigón, orejudo y picado de viruelas. En cambio, su boca era regular y su dentadura inmejorable. Dijérase que sólo la corteza de aquel hombre era tosca y fea; que tan pronto como empezaba a penetrarse dentro de él aparecían sus perfecciones, y que estas perfecciones principiaban en los dientes. Luego venía la voz, vibrante, elástica, atractiva; varonil y grave algunas veces, dulce y melosa cuando pedía algo, y siempre difícil de resistir. Llegaba después lo que aquella voz decía: todo oportuno,, discreto, ingenioso, persuasivo... Y, por último, en el alma del tío Lucas había valor, lealtad, honradez, sentido común, deseo de saber y conocimientos instintivos o empíricos de muchas cosas, profundo desdén a los necios, cualquiera que fuese su categoría social, y cierto espíritu de ironía, de burla y de sarcasmo, que le hacían pasar, a los ojos del académico, por un don Francisco de Quevedo en bruto."
SITUACIÓN
Pedro Antonio de Alarcón es uno de los primeros novelistas del Realismo español, junto con Cecilia Bölh de Faber, que firmó con el seudónimo de "Fernán Caballero". Alarcón sabe despegarse del subjetivismo propio del Romanticismo para hablar de vidas ajenas a él y pintarlas con objetividad, aunque sin olvidarse de rodearlas de sentimientos y notas pintorescas y singulares. Dentro de su producción novelística (El escándalo, El niño de la bola, El Capitán Veneno, La pródiga...), El sombrero de tres picos, obra a la que pertenece el texto, destaca por su naturalidad, amenidad y belleza, y su acción está basada en romances y canciones tradicionales españoles (la venganza del molinero en el Corregidor de su pueblo por intentar seducir a su esposa). El fragmento corresponde a las primeras páginas de la narración donde se caracteriza a los tres principales personajes de la historia: el Corregidor, el molinero Lucas y su esposa Frasquita.
CONTENIDO
Se trata del retrato del molinero Lucas; en la primera parte (desde "Lucas era..." hasta "su dentadura inmejorable") se describen sus rasgos físicos, todos negativos (pequeña estatura, cargado de espaldas, muy moreno, barbilampiños, narigón, orejudo y picado de viruelas), excepto la boca, que es perfecta. Entre la primera parte y la segunda el narrador incluye una frase de transición entre la prosopografía y la etopeya del protagonista, que es un acierto inmejorable (desde "Dijérase..." hasta "estas perfecciones principaban en los dientes"), acierto que consiste en entrar en el interior del personaje partiendo de un rasgo externo, la boca. La segunda parte (desde "Luego venía..." hasta el final) describe los rasgos morales del personaje, todos de signo positivo (la voz seguida de una serie de cualidades, de las que se deducen las de Lucas: oportunidad, discreción, ingenio...; el alma valerosa, leal, honrada...) Finalmente, se añaden otros caracteres y comportamientos del molinero, como sentido común, ansia de saber, empleo de la ironía...
ANÁLISIS
Con un lenguaje claro y eficaz Alarcón en este fragmento retrata de modo muy original al tío Lucas (ya lo hemos apuntado antes). Ahora destacaremos la abundante adjetivación aplicada tanto a los elementos físicos como a los morales. Se trata de una adjetivación especificativa e identificadora: pequeña (estatura), regular (boca), inmejorable (dentadura), vibrante, elástica, atractiva, varonil, grave, dulce, melosa (voz). Otras veces los adjetivos hacen referencia a virtudes del personaje: oportuno, discreto, ingenioso, persuasivo... En cambio, otras virtudes son mencionadas por medio de nombres abstractos: valor, lealtad, honradez, sentido común, desdén... Insistimos en las frases que sirven de puente natural entre la descripción física y psicológica del tío Lucas. Además citamos la metáfora incluida en la mencionada transición: "Sólo la corteza de aquel hombre era tosca y fea" o la comparación que se le hace al protagonista con Quevedo por su ironía, burla y sarcasmo. Finalmente, señalamos las constantes enumeraciones y asíndetos del fragmento y, sobre todo, el empleo de los adverbios de tiempo necesarios para ordenar los elementos del retrato: luego, después, por último.
CONCLUSIÓN
En resumen, estamos ante un texto meramente realista en el que con un lenguaje eficaz y claro, se retrata al personaje central de la novela, valiéndose, entre otros recursos expresivos, de abundante adjetivación y nombres abstractos, metáforas, comparaciones y asíndetos.
"Lucas era en aquel entonces, y seguía siendo en la fecha a que nos referimos, de pequeña estatura (a lo menos en relación con su mujer), un poco cargado de espaldas, muy moreno, barbilampiño, narigón, orejudo y picado de viruelas. En cambio, su boca era regular y su dentadura inmejorable. Dijérase que sólo la corteza de aquel hombre era tosca y fea; que tan pronto como empezaba a penetrarse dentro de él aparecían sus perfecciones, y que estas perfecciones principiaban en los dientes. Luego venía la voz, vibrante, elástica, atractiva; varonil y grave algunas veces, dulce y melosa cuando pedía algo, y siempre difícil de resistir. Llegaba después lo que aquella voz decía: todo oportuno,, discreto, ingenioso, persuasivo... Y, por último, en el alma del tío Lucas había valor, lealtad, honradez, sentido común, deseo de saber y conocimientos instintivos o empíricos de muchas cosas, profundo desdén a los necios, cualquiera que fuese su categoría social, y cierto espíritu de ironía, de burla y de sarcasmo, que le hacían pasar, a los ojos del académico, por un don Francisco de Quevedo en bruto."
SITUACIÓN
Pedro Antonio de Alarcón es uno de los primeros novelistas del Realismo español, junto con Cecilia Bölh de Faber, que firmó con el seudónimo de "Fernán Caballero". Alarcón sabe despegarse del subjetivismo propio del Romanticismo para hablar de vidas ajenas a él y pintarlas con objetividad, aunque sin olvidarse de rodearlas de sentimientos y notas pintorescas y singulares. Dentro de su producción novelística (El escándalo, El niño de la bola, El Capitán Veneno, La pródiga...), El sombrero de tres picos, obra a la que pertenece el texto, destaca por su naturalidad, amenidad y belleza, y su acción está basada en romances y canciones tradicionales españoles (la venganza del molinero en el Corregidor de su pueblo por intentar seducir a su esposa). El fragmento corresponde a las primeras páginas de la narración donde se caracteriza a los tres principales personajes de la historia: el Corregidor, el molinero Lucas y su esposa Frasquita.
CONTENIDO
Se trata del retrato del molinero Lucas; en la primera parte (desde "Lucas era..." hasta "su dentadura inmejorable") se describen sus rasgos físicos, todos negativos (pequeña estatura, cargado de espaldas, muy moreno, barbilampiños, narigón, orejudo y picado de viruelas), excepto la boca, que es perfecta. Entre la primera parte y la segunda el narrador incluye una frase de transición entre la prosopografía y la etopeya del protagonista, que es un acierto inmejorable (desde "Dijérase..." hasta "estas perfecciones principaban en los dientes"), acierto que consiste en entrar en el interior del personaje partiendo de un rasgo externo, la boca. La segunda parte (desde "Luego venía..." hasta el final) describe los rasgos morales del personaje, todos de signo positivo (la voz seguida de una serie de cualidades, de las que se deducen las de Lucas: oportunidad, discreción, ingenio...; el alma valerosa, leal, honrada...) Finalmente, se añaden otros caracteres y comportamientos del molinero, como sentido común, ansia de saber, empleo de la ironía...
ANÁLISIS
Con un lenguaje claro y eficaz Alarcón en este fragmento retrata de modo muy original al tío Lucas (ya lo hemos apuntado antes). Ahora destacaremos la abundante adjetivación aplicada tanto a los elementos físicos como a los morales. Se trata de una adjetivación especificativa e identificadora: pequeña (estatura), regular (boca), inmejorable (dentadura), vibrante, elástica, atractiva, varonil, grave, dulce, melosa (voz). Otras veces los adjetivos hacen referencia a virtudes del personaje: oportuno, discreto, ingenioso, persuasivo... En cambio, otras virtudes son mencionadas por medio de nombres abstractos: valor, lealtad, honradez, sentido común, desdén... Insistimos en las frases que sirven de puente natural entre la descripción física y psicológica del tío Lucas. Además citamos la metáfora incluida en la mencionada transición: "Sólo la corteza de aquel hombre era tosca y fea" o la comparación que se le hace al protagonista con Quevedo por su ironía, burla y sarcasmo. Finalmente, señalamos las constantes enumeraciones y asíndetos del fragmento y, sobre todo, el empleo de los adverbios de tiempo necesarios para ordenar los elementos del retrato: luego, después, por último.
CONCLUSIÓN
En resumen, estamos ante un texto meramente realista en el que con un lenguaje eficaz y claro, se retrata al personaje central de la novela, valiéndose, entre otros recursos expresivos, de abundante adjetivación y nombres abstractos, metáforas, comparaciones y asíndetos.
3.
A continuación y para que sigas adquiriendo las técnicas y recursos correspondientes para realizar tus propios comentarios de textos, te ofrezco unos cuantos ejemplos desarrollados que siguen el método expuesto anteriormente y que pertenecen a diversos movimientos literarios.
RIMA II,
Gustavo Adolfo Bécquer
"Saeta que voladora
cruza arrojada al azar,
y que no se sabe dónde
temblando se clavará;
hoja que del árbol seca 5
arrebata el vendaval,
sin que nadie acierte el surco
donde al polvo volverá;
gigante ola que el viento
riza y empuja en el mar, 10
y rueda y pasa, y se ignora
qué playa buscando va.
Luz que en cercos temblorosos
brilla próxima a expirar
y que no se sabe de ellos 15
cuál el último será.
Eso soy yo que al acaso
cruzo el mundo sin pensar
de dónde vengo ni adónde
mis pasos me llevarán." 20
SITUACIÓN
Bécquer es un romántico rezagado (1836-1870) que como Rosalía de Castro sigue fielmente los postulados del Romanticismo aunque con tono más contenido y expresión envuelta de un misterio y un simbolismo de que adolecían sus antecesores, como Espronceda o Zorrilla. En sus Rimas, que, dentro de su producción literaria (Leyendas, Cartas Literarias a una mujer, Cartas desde mi celda, etc.), ocupan un lugar destacadísimo, expresa sentimientos universales como el amor desde todas sus facetas, el dolor, la soledad, la desolación que deja la muerte o el azar del destino del hombre, como en la Rima presente; pero también trata de otros temas que hasta ese momento no se habían tocado, como el del acto creador y la poesía misma.
CONTENIDO
El poeta compara su destino respectivamente a una saeta, una hoja de árbol, una ola, una luz en el sentido de que todos ellos están sujetos al azar; el poeta añade las dos preguntas típicas del destino humano: ¿de dónde venimos? y ¿adónde vamos? El contenido puede dividirse en cinco partes: las cuatro primeras se refieren al destino de los cuatro objetos con los que se compara el poeta: la saeta, la hoja, la ola y la luz; todos ellos están sujetos al azar, la incertidumbre y la ignorancia sobre su fin (versos 1 a 16); y la quinta al destino del propio poeta, también sujeto al azar y a las eternas preguntas sobre su origen y fin.
ANÁLISIS
La Rima está formada por veinte versos octosílabos que componen un romance (rima asonante en á en los pares; así que su esquema estrófico es 8- 8a 8- 8a 8- 8a 8- 8a... Abundan los encabalgamientos (el más largo abarca los cuatro últimos versos de la Rima). La misma construcción (antecedente, pronombre relativo, proposición adjetiva) se repite en las cinco partes (saeta que...; hoja que...; gigante ola que...; luz que...; eso soy yo que...), si bien en la última aparece la oración "eso soy yo", como reuniendo en la persona del poeta los destinos de los cuatro objetos o elementos anteriores. El empleo del futuro (se clavará, volverá, será, llevarán) está justificado por la incertidumbre del final de cada uno de los elementos comparados. También hay que añadir los hipérbatos (hoja que del árbol seca arrebata el vendaval; qué playa buscando va; y que no se sabe de ellos cuál el último será...), algunos de ellos exigencia de la rima. El polísindeton del verso 10 (y rueda y pasa, y se ignora) expresa demora, duda, incertidumbre, tal y como exige el contenido.
CONCLUSIÓN
Se trata, en resumen, de un tema propio del Romanticismo, el del desconocimiento del destino humano, comparado aquí con cuatro elementos que dependen de otras fuerzas ajenas a ellos (la inercia de la saeta, el vendaval, el mar, el temblor de la luz); en el caso del poeta son las múltiples circunstancias, altibajos y adversidades que la misma vida, en su dolorosa contingencia, ofrece. El lenguaje y los versos y la comparación están perfectamente elegidos para lograr la intención del poeta.
Gustavo Adolfo Bécquer
"Saeta que voladora
cruza arrojada al azar,
y que no se sabe dónde
temblando se clavará;
hoja que del árbol seca 5
arrebata el vendaval,
sin que nadie acierte el surco
donde al polvo volverá;
gigante ola que el viento
riza y empuja en el mar, 10
y rueda y pasa, y se ignora
qué playa buscando va.
Luz que en cercos temblorosos
brilla próxima a expirar
y que no se sabe de ellos 15
cuál el último será.
Eso soy yo que al acaso
cruzo el mundo sin pensar
de dónde vengo ni adónde
mis pasos me llevarán." 20
SITUACIÓN
Bécquer es un romántico rezagado (1836-1870) que como Rosalía de Castro sigue fielmente los postulados del Romanticismo aunque con tono más contenido y expresión envuelta de un misterio y un simbolismo de que adolecían sus antecesores, como Espronceda o Zorrilla. En sus Rimas, que, dentro de su producción literaria (Leyendas, Cartas Literarias a una mujer, Cartas desde mi celda, etc.), ocupan un lugar destacadísimo, expresa sentimientos universales como el amor desde todas sus facetas, el dolor, la soledad, la desolación que deja la muerte o el azar del destino del hombre, como en la Rima presente; pero también trata de otros temas que hasta ese momento no se habían tocado, como el del acto creador y la poesía misma.
CONTENIDO
El poeta compara su destino respectivamente a una saeta, una hoja de árbol, una ola, una luz en el sentido de que todos ellos están sujetos al azar; el poeta añade las dos preguntas típicas del destino humano: ¿de dónde venimos? y ¿adónde vamos? El contenido puede dividirse en cinco partes: las cuatro primeras se refieren al destino de los cuatro objetos con los que se compara el poeta: la saeta, la hoja, la ola y la luz; todos ellos están sujetos al azar, la incertidumbre y la ignorancia sobre su fin (versos 1 a 16); y la quinta al destino del propio poeta, también sujeto al azar y a las eternas preguntas sobre su origen y fin.
ANÁLISIS
La Rima está formada por veinte versos octosílabos que componen un romance (rima asonante en á en los pares; así que su esquema estrófico es 8- 8a 8- 8a 8- 8a 8- 8a... Abundan los encabalgamientos (el más largo abarca los cuatro últimos versos de la Rima). La misma construcción (antecedente, pronombre relativo, proposición adjetiva) se repite en las cinco partes (saeta que...; hoja que...; gigante ola que...; luz que...; eso soy yo que...), si bien en la última aparece la oración "eso soy yo", como reuniendo en la persona del poeta los destinos de los cuatro objetos o elementos anteriores. El empleo del futuro (se clavará, volverá, será, llevarán) está justificado por la incertidumbre del final de cada uno de los elementos comparados. También hay que añadir los hipérbatos (hoja que del árbol seca arrebata el vendaval; qué playa buscando va; y que no se sabe de ellos cuál el último será...), algunos de ellos exigencia de la rima. El polísindeton del verso 10 (y rueda y pasa, y se ignora) expresa demora, duda, incertidumbre, tal y como exige el contenido.
CONCLUSIÓN
Se trata, en resumen, de un tema propio del Romanticismo, el del desconocimiento del destino humano, comparado aquí con cuatro elementos que dependen de otras fuerzas ajenas a ellos (la inercia de la saeta, el vendaval, el mar, el temblor de la luz); en el caso del poeta son las múltiples circunstancias, altibajos y adversidades que la misma vida, en su dolorosa contingencia, ofrece. El lenguaje y los versos y la comparación están perfectamente elegidos para lograr la intención del poeta.
POEMA.
Antonio Machado
"¿Por qué, decidme, hacia los altos llanos
huye mi corazón de esta ribera,
y en tierra labradora y marinera
suspiro por los yermos castellanos?
Nadie elige su amor. Llevóme un día 5
mi destino a los grises calvijares
donde ahuyenta al caer la nieve fría
las sombras de los muertos encinares.
De aquel trozo de España, alto y roquero,
hoy traigo a ti, Guadalquivir florido, 10
una mata del áspero romero.
Mi corazón está donde ha nacido,
no a la vida, al amor, cerca del Duero...
¡El muro blanco y el ciprés erguido!"
SITUACIÓN
Antonio Machado es el poeta por excelencia de la Generación del 98 aunque empezó siguiendo los dictados del Modernismo en Soledades. Pero es en Campos de Castilla donde incorpora los tres grandes temas de aquélla: la preocupación histórica, el paisaje y el amor. En el poema que nos ocupa aparecen dos de ellos: el paisaje (aquí referido a los dos que el poeta frecuentó: el de su tierra natal, Andalucía, y el de Soria, donde se enamoró y fue feliz hasta la muerte de su esposa Leonor). Pertenece al apartado de Sonetos que tituló el poeta Los sueños dialogados (concretamente es el II).
CONTENIDO
El poeta se pregunta por qué, estando en su tierra natal, sigue añorando la meseta castellana. Y se contesta que el destino humano, siempre misterioso, un día lo llevó hasta allí para enamorarse y sentir el amor como nunca lo había sentido. Por eso, a su Guadalquivir florido le trae de aquellas tierras sorianas una mata de romero, y acaba confesando que su corazón sigue allí, junto al Duero, donde conoció a su mujer Leonor y donde hoy yace en su cementerio. El contenido puede distribuirse en tantas partes como estrofas tiene el poema: 1ª, el poeta añora en su tierra natal los yermos castellanos; 2ª, el destino le llevó un día a enamorarse allí; 3ª, el poeta trae al Guadalquivir florido una mata de romero soriano; 4ª, su corazón se encuentra donde conoció el amor y lo perdió.
ANÁLISIS
El poema, compuesto de 14 versos endecasílabos, es un soneto poco común, pues en vez de dos cuartetos tiene uno solo (la segunda estrofa de cuatro versos es en realidad un serventesio); así que su esquema métrico es 11A 11B 11B 11A; 11C 11D 11C 11D; 11E 11F 11E; 11F 11E 11F. Los encabalgamientos no abundan tanto como en otros poemas de Machado, excepción hecha en las dos primeras estrofas, en especial, el serventesio, que forma todo él un encabalgamiento. Veamos ahora los recursos expresivos más destacables. La primera estrofa forma una interrogación retórica (en realidad, afirma que su corazón huye de su tierra natal, labradora y marinera, a la desnuda meseta castellana). Notemos de paso el verbo que emplea, "huye", que intensifica su nostalgia y que constituye una personificación ("huye mi corazón"). La segunda estrofa comienza con la oración "Nadie elige su amor", (amor aquí es metáfora de destino, que aparece a continuación). Adviértanse las perífrasis que emplea el poeta para aludir a los dos paisajes queridos a lo largo del soneto (Andalucía: esta ribera, tierra labradora y marinera; Soria: altos llanos, yermos castellanos, grises calvijares, nieve fría, encinares, aquel trozo de España alto y roquero, áspero romero...); sólo en los tercetos nos encontramos con los nombres de los dos ríos representativos de ambos paisajes: el Guadalquivir y el Duero. Notemos también el léxico propio de Machado: altos llanos, mi corazón, tierra labradora, grises calvijares, nieve fría, sombras, muertos encinares, romero (nombres y adjetivos de signo negativo los que se refieren al paisaje castellano ( añadamos aquí el sintagma "áspero romero"). Por último, señalemos la aseveración del segundo terceto :"Mi corazón está donde ha nacido, no a la vida, al amor, cerca del Duero" (de ahí que haya huido de su tierra natal, como nos decía en el primer cuarteto), afirmación resuelta en ese prodigio de asíndeton de los versos 12 y 13. Finalmente, los puntos suspensivos del verso 13 preparan la emoción y el sentimiento expresados en el último verso, "¡El muro blanco y el ciprés erguido!", sentida metáfora que alude al cementerio donde yace su joven esposa Leonor.
CONCLUSIÓN
Se trata, en resumen, de un soneto donde expresa Machado su amor por las tierras sorianas donde, ya mayor, nació al amor y a la vida al conocer a la mujer que sería su esposa en una tierra y un paisaje, el de la meseta regada por el Duero, que siempre estaría presente en su poesía, pese a que allí también sufriera la terrible desaparición de su mujer. El amor y el paisaje, dos temas del 98, aparecen, pues en el poema que acabamos de analizar.
Fragmento de LA DAMA DEL ALBA,
Alejandro Casona
"PEREGRINA.- (Con profunda emoción de queja.) Entonces, ¿por qué me condenas sin conocerme bien? ¿Por qué no haces un pequeño esfuerzo para comprenderme? (Soñadora.) También yo quisiera adornarme de rosas como las campesinas, vivir entre niños felices y tener un hombre hermoso a quien amar. Pero cuando voy a cortar las rosas todo el jardín se me hiela. Cuando los niños juegan conmigo tengo que volver la cabeza por miedo a que se me queden fríos al tocarlos. Y en cuanto a los hombres, ¿de qué me sirve que los más hermosos me busquen a caballo, si al besarlos siento que sus brazos inútiles me resbalan sin fuerza en la cintura? (Desesperada.) ¿Comprendes ahora lo amargo de mi destino? Presenciar todos los dolores sin poder llorar... Tener todos los sentimientos de una mujer sin poder usar ninguno... ¡Y estar condenada a matar siempre, siempre, sin poder nunca morir!
(Cae abrumada en el sillón, con la frente entre las manos. El ABUELO la mira conmovido. Se acerca y le pone cordialmente una mano sobre el hombro.)
ABUELO.- ¡Pobre mujer!
PEREGRINA.- Gracias, abuelo. Te había pedido un poco de comprensión y me has llamado mujer, que es la palabra más hermosa en labios de hombre. (Toma el bordón que ha dejado apoyado en la chimenea.) En tu casa ya no tengo nada que hacer esta noche; pero me esperan en otros sitios. Adiós."
SITUACIÓN
Casona es, dejando aparte a Lorca, el verdadero dramaturgo de la Generación del 27, en cuyas obras se mezcla la realidad y el misterio. Dentro de la producción teatral de este maestro de escuela (La sirena varada, Los árboles mueren de pie, La barca sin pescador...) destaca por su belleza y poesía La dama del alba, cuya acción transcurre en una casa de labor asturiana, en la que reina el dolor desde que cuatro años atrás Angélica, la primogénita de la familia, según cree la gente, muriera ahogada en el río. El texto corresponde al momento en que la Peregrina (la Muerte) habla con el abuelo de la casa, tras haber jugado con los nietos y caer rendida por el sueño. Luego seguirá su camino hacia el paso del Rabión, donde tiene una cita. El viudo de Angélica se vuelve a casar aunque sabe que su mujer se fue de casa y se lo cuenta a su esposa. La Muerte lo oye. Y cuando durante el baile de San Juan aparece Angélica en la casa se encuentra con la Peregrina, a quien le dice que es mejor morir que destruir la felicidad que reina en la casa. Así sucede. Angélica aparece flotando en el río con una sonrisa y adornada con flores. Todo el pueblo la mira como a una santa.
CONTENIDO
La Muerte le confiesa al abuelo la amargura de su destino, sus temores inconsolables y sus deseos irrealizables, resumidos en no poder llorar y estar condenada a matar siempre y nunca morir. Puede dividirse en las siguientes partes: 1, la confesión de la Peregrina (su parlamento y las acotaciones narrativas y descriptivas); 2, la reacción comprensiva y apenada del abuelo (la segunda acotación y las palabras del hombre referidas a la desgracia de la mujer), 3, el agradecimiento de la Peregrina al abuelo por haberla llamado mujer y su despedida por el momento (su parlamento y la acotación narrativa que lo acompaña).
ANÁLISIS
Dado que es un texto teatral, conviene que empecemos hablando de los elementos teatrales visibles en el fragmento. Los nombres de los personajes aparecen con mayúscula, tanto al principio de los parlamentos (PEREGRINA, ABUELO) como en cuantas acotaciones se refiera el autor a ellos (ABUELO). Las acotaciones narrativas y descriptivas aparecen entre paréntesis (indican los gestos, emociones y movimientos que deben manifestar en la escena.
El lenguaje empleado, aunque sencillo y claro no está exento de belleza. Algunos recursos expresivos presentes en el texto son: las dos interrogaciones retóricas del principio (en realidad, la Peregrina pide al abuelo que no la condene antes de conocerla y que se esfuerce por entender su destino. La correlación entre los deseos (adornarse de rosas, vivir entre niños felices, amar a un hombre hermoso) y la penosa realidad (las rosas se le hielan, los niños pueden quedarse fríos si los mira y los hombres hermosos dejan caer sus brazos inútiles) La anáfora del "cuando" en las tres circunstancias mencionadas. Respecto al uso de ciertos rasgos gramaticales, destacamos la abundancia de infinitivos verbales, unas veces formando parte de perífrasis verbales (voy a cortar, tengo que volver) y la mayoría como constituyentes de oraciones independientes, si bien se identifican con "lo amargo de su destino": Presenciar todos los dolores sin poder llorar, Tener todos los sentimientos de una mujer sin poder usas ninguno, y estar condenada a matar... sin poder nunca morir. Notemos de paso el paralelismo que existe entre estas tres oraciones, con la nota común de la subordinada "sin poder..."
CONCLUSIÓN
En resumen, un texto en el que el contenido, de alcance transcendente, se viste de un lenguaje bello, aunque sencillo, lleno de rasgos emocionales y humanos, pese a que es la Muerte la que habla, una muerte que echa de menos lo que cualquier mujer posee a lo largo de su vida.
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