miércoles, 1 de octubre de 2008

¿Desde cuándo una pierna es una rienda?

El pasado domingo 28 de septiembre me puse a ver, como otras veces, en TV1 el espacio televisivo de la tarde titulado ESPAÑA EN DIRECTO. Y de buenas a primeras me encontré con la sección “Casas de lujo sobre ruedas”, en la que el reportero de turno se subía a una autocaravana guiado por su dueña, dispuesto a mostrárnosla a los telespectadores. La mujer le iba mostrando lo bien que está aprovechado el espacio en estas casitas rodantes, hasta que llegó el momento de enseñarle la cama, un lecho verdaderamente amplio y acogedor. Entonces el periodista, ni corto ni perezoso, le soltó a la dueña de la autocaravana la siguiente frase: “Para dormir a rienda suelta”. La expresión me pareció excesiva, ya que el diccionario de la RAE dice que “a rienda suelta” significa “con violencia o celeridad”, y no cito la expresión “correr a rienda suelta” porque eso me parecería fuera de tono y de lugar pues significa “soltar el jinete las riendas al caballo picándole al mismo tiempo para que corra cuanto pueda”. Lo que realmente debió decir el reportero en buena gramática fue “a pierna suelta ( o tendida)”, que significa “sin ningún cuidado”, teniendo en cuenta también que la expresión “dormir a pierna suelta ( o tendida)”, asimismo recogida en el diccionario de la RAE, que quiere decir que uno goza, posee o disfruta una cosa (en este caso, la cama de una autocaravana) con quietud y sin cuidado. Sujetemos, pues, las riendas al léxico desbocado.

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