lunes, 23 de julio de 2012

Patadas al diccionario


Un pleonasmo innecesario

Los pleonasmos o reduplicaciones son muy corrientes en la lengua hablada.
Lo vi con mis propios ojos (¿con cuáles va a ser?).
¿Subes para arriba? (lo difícil sería hacerlo para abajo). Etcétera.








Hay también otras repeticiones que se deben a la precipitación o premura de las circunstancias. Hace un par de noches, por ejemplo, un periodista deportivo le preguntaba a Fernando Alonso, que había conseguido la pole para la carrera del día siguiente, si esperaba conseguir el primer puesto al final de la prueba. Y nuestro mejor piloto de Fórmula 1 de todos los tiempos le contestaba:
“Todo puede ser posible”.
Sin caer en la cuenta de que había expresado un pleonasmo de verdadero podio lingüístico.
Le podían haber bastado las tres primeras palabras para contestar correctamente:
Todo puede ser.
Y si no, con la primera palabra y la última, intercalando entre ellas la forma verbal “es”:
Todo es posible.
Pese al lapsus lingüístico, Fernando Alonso subió a  lo más alto del podio de la carrera del premio de Alemania.

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