A vueltas con los acentos
No sé cuántas entradas he dedicado a este apartado ortográfico tan conflictivo. Pero debo volver a la carga porque desde todos los medios se acribilla al pobre usuario de la lengua con rayos acentuales de considerable importancia. Sin ir más lejos, anteayer una simpática presentadora de informativos de Tele 5 nos lanzó de sopetón esta primicia. "Parece ser que con los triunfos de la Roja, se dispara en España la líbido (así, con acento en la í, convirtiendo al vocablo en una palabra esdrújula)". No conviene confundir el sustantivo "libido", palabra llana por el acento y escrita con B, con el adjetivo "lívido", palabra esdrújula y escrita con V. La primera significa, como todo el mundo sabe, "deseo sexual, considerado por algunos autores como impulso y raíz de las más varias manifestaciones de la actividad psíquica." Mientras que la palabra "lívido" es definida por el DRAE, primero, como sinónimo de "amoratado", y segundo, "intensamente pálido". De ahí que yo me quedara intensamente pálido al escuchar a la agradable y simpática presentadora de televisión la pronunciación esdrújula de LIBIDO.
Existen en nuestro idioma otras palabras cuyos acentos se suelen confundir. Citaremos ahora dos ejemplos:
SUTIL, palabra aguda, "delgado, delicado, tenue", por un lado, y "agudo, perspicaz, ingenioso", por otro.
FÚTIL, palabra llana, "de poco aprecio o importancia."
Así pues, demos a las palabras la importancia que requieren y al menos respetemos su pronunciación correcta.
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