domingo, 18 de julio de 2010

EL POEMA DEL MES


LEO A MIGUEL HERNÁNDEZ


Leo a Miguel Hernández,
y la tierra de España se levanta
en palabras y en hoces
que exigen libertad,
pan y dignidad para los hombres
que nacen en el campo entre la leche
que ordeñan de sus cabras y el mal vino
que arrancan de las cepas poco a poco,
dejándose la sangre en el camino.

Leo a Miguel Hernández,
y las viejas rencillas de los pueblos
parecen acercarse por los bordes
de sus páginas al prístino
silencio de esta noche
en que el frío es más duro
y la muerte más cercana.

¿Qué hemos hecho
para que nos pongan tantas cárceles
de miedo a nuestras vidas,
y no sirvan de nada estos poemas
del hombre que sufrió más acechanzas?

Como el toro hemos nacido para el luto
y el dolor, nos dice el hombre
que nació en Orihuela hace cien años
y nos recuerda tanto nuestro sino
porque él fue blanco negro de las flechas
del odio y de la envidia y la desidia
de los que ocupan la silla del poder.

Leo a Miguel Hernández,
y leo el horizonte que separa
la vida de la muerte,
y el dolor de amar mientras se anda
hacia esa frontera misteriosa.

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