miércoles, 13 de enero de 2010

REFLEJOS DE MENORCA

Taulas y talaiots






Como todo el mundo sabe, Menorca es la isla que más monumentos megalíticos contiene. Y éstos aparcen aparecen diseminados por todos los rincones de la isla, más o menos cerca de la costa o en el interior, rodeados de tancas (tapias levantadas con piedras de rocalla sin argamasa) y prados donde pastan, ajenas a su poderosa presencia, ovejas, vacas, caballos..., o rodeados de acebuches o sabinas. Les da lo mismo el lugar a estas construcciones prehistóricas con funciones diversas, desde funerarias, como las famosas navetas (especie de naves invertidas), hasta defensivas o vigilantes (el caso de los imponentes talaiots) y meramente religiosas, funciones que se atribuyen a las denominadas taulas por su forma. Están ahí como testigos de otras culturas, de otros tipos de mundos prehistóricos que pertenecieron a los primeros pobladores de la isla. Un conjunto escepcional de estas construcciones de piedra milenarias lo forma sin duda el Poblado de Petrucó, a escasa distancia de VillaCarlos y Mahón, y donde el viajero curioso y que no tema a los malos caminos o estrechas carreteras (si bien unos y otras cuentan con acertados letreros que indican el itinerario para llegar hasta el impresionante Poblado) vivirá una extraordinaria experiencia al hallarse en medio de su recinto, un recinto abierto todos los días de la semana, menos los lunes, y donde podrá admirar un par de talaiots casi completos y una taula de las mejor conservadas de la isla. El silencio allí reinante y la soledad del visitante entre tan imponentes monumentos de la antigüedad cobran una magia inigualable.

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