domingo, 24 de enero de 2010

MEMORIAS DE UN JUBILADO

Revistas







En cuanto vuelvo a Tossa después de un tiempo (ahora había pasado casi un mes desde la última vez, con el viaje a Menorca en el paréntesis), suelo darme una vuelta por la Biblioteca y sacar alguna revista, en especial la de Qué leer, para enterarme de cómo y por dónde van los tiros en Literatura.

El asunto de las revistas (de algunas de las cuales ya he hablado aquí) está íntimamente relacionado con mi vida, como tantas otras cosas que nada tienen que ver con los sueños y la ficción de las letras. Desde muy pequeño, allá en Zamora, solía ir a la Biblioteca municipal para hojear revistas (Blanco y Negro, Meridiano y otras cuyo nombre ahora no recuerdo); aquellas imágenes y estampas color sepia me transportaban a mundos que nada tenían que ver con la posguerra y viéndolas era una manera de escapar momentáneamente de aquella dura y difícil realidad.

Luego, ya en Barcelona, fui testigo de la colección que mi padre fue haciendo de una revista de toros llamada El Ruedo, cuyos números adquiría en el querido Mercadillo de Libros de San Antonio, de tan dulce recuerdo, números que con el tiempo, una vez desaparecido mi padre y cuando más falta hacía que siguiera El Ruedo recordando a su coleccionador, también desparecieron (misterios de la manía del orden y la limpieza). Allí, en el popular Mercadillo, encontré yo mismo hasta más de cien números de la revista médica La hora XXV, que contenía secciones dedicadas al mundo de la narrativa (incluía relatos y novelas cortas de escritores universales) y la poesía (pequeñas antologías de poetas españoles) que aún consulto.

En la Universidad colaboré con una revista de la Facultad de Letras que se llamaba Moira, y por entonces, los años 60, escribí un poema para la revista de pintura donde mi amigo Albert incluía reproducciones de su obra pictórica, un poema que empezaba "Pintar es ilustrar el blanco silencio de la tela / con sueños del pintor que van haciéndose realidad / con manchas y líneas de color..."

Hablando de poemas, había entonces en el mercado editorial numerosas revistas de literatura y poesía, algunas de las cuales solía comprar para enterarme de los itinerarios que seguía nuestra literatura en aquellos años 60 y 70, como La Estafeta literaria, Revista de Poesía, Ínsula y otras. Luego, cuando fui entrando en el mundo de la creación literaria y las tertulias poéticas, colaboré en algunas de ellas, hasta llegar a las ya citadas aquí, en mi blog, como Azor, El zumo sumo, Norte, Alor Novísimo, Bahía y un largo etcétera que acaba en Traslapuente, Cátedra Nova o El laberinto de Ariadna.

Revistas y revistas, páginas dedicadas a hablar de Literatura y Poesía, como esta de Qué leer que tengo en mis manos. En este número de enero, cuya portada trae el rostro enigmático y siempre sugerente de Paul Auster, he podido leer noticias sobre la literatura que en estos últimos meses se ha escrito sobre los zombis, después de que hayan desbancado a sus hermanos los vampiros, sobre cocina, el propio Auster y otros escritores de moda como Jostein Gaarder, James Salter, o la siempre recordada George Sand. Aunque las secciones que más me interesan son Novedades, Críticas, Actualidad o El desván del profesor Merluzson. Sin olvidar la titulada Memoria 2009, dedicada a recordar por un lado los libros del año (La noche de los tiempos, El símbolo perdido, Anatomía de un instante o Gabriel García Márquez, una vida) y por otro Los más de los más, entre los que destacan los más llorados (los que nos han dejado este año), como Giménez Frontín, Francisco Ayala, Mario Benedetti, Baltasar Porcel o Corín Tellado, entre otros. La recomiendo. Pero no sólo el número de enero, que acabo de reseñar tan someramente. En Qué leer el lector verdadero verá los caminos que sigue la Literatura en todos sus géneros y no sólo la referida a nuestro país.


1 comentario:

  1. He leido esta entrada y no puedo evitar comentarla. Yo no soy un jubilado, por desgracia aún me queda mucho que aguantar, pero todas esas revistas que comentas las he leido en mi juventud, incluso en Cuaderno Literario "Azor", algún que otro poemilla casi de adolescencia tengo publicado. Me ha recordado La colección "El poeta ante el espejo" de Ediciones Rondas igual que Azor, dirigida por José Jurado Morales, en la que publiqué un pequeño poemario, qué atrevimiento Me acuerdo de "Pliego de Murmurios" de Juan Luis Pla Benito, Cuaderno de Poesía Nueva de la Editorial Prometeo y tantas otras que me traen muy buenos rcuerdos. Ahora es todo mucho más cibernético pero ahí sigue la Poesía dando guerra.
    Gracias por compartir, un saludo.

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