jueves, 7 de enero de 2010

DE VISTA, DE OÍDAS, DE LEÍDAS

Como la lluvia



El año ha comenzado lloviendo. ¿Qué mejor para acompañar a la lluvia, que encharola los tejados y nuestros corazones, con la lectura de Como la lluvia, de José Emilio Pacheco? Es un libro de Visor Poesía que acaba de regalarme mi hijo mayor. Y con gusto y a ratos, mientras llueve sobre los árboles indefensos, le echo un vistazo. Contiene cinco partes y muchísimos poemas, así que tengo lectura para días, aunque eso nunca se sabe. Me puede dar hoy por beberme el libro, aunque tengo por delante deshacer el Belén y preparar la maleta pues mañana, sospecho que bajo la lluvia también, nos vamos de viaje a Menorca. Pero volvamos al libro de Pacheco. En lo que llevo leído, hay de todo: prosa filosófica, lamentos, cantos... y versos buenos. Dejando aparte las primeras páginas que hablan del señor Morón y la Niña de Plata, un cuento en cinco actos y en verso, que de verso tiene poco y de poesía menos, el lector de poesía puede encontrar aquí y allá verdaderos aciertos líricos. He aquí algunos:

"Nadie juzgue maldad la indiferencia:

es envidia al que escapa

de esta prisión flotante, de estos remos

que acompasan el viaje hacia la Nada" (Galeotes)


"La niña autista ¿es feliz

o lo parece desde mi extranjería?

... ... ... ... ... ...

Poema del silencio su discurso,

discurso del silencio su poema.

... ... ... ... ...

Y parece feliz:

no quiere nada." (El viento en los metales)


"Aunque ustedes lo nieguen soy rey del mundo,

mi imperio-llaga es la verdad del mundo." (El mendigo de Palma)


"De aquella lejanía submarina de abismo,

agua del tiempo y mar de la memoria,

rescato el triunfo del demonio, la inmensa dicha

de ver de paso a Tere, a Rosa, a Eugenia, a Susana,

las futuras bellezas de los entonces impensables años sesenta,

aquel breve imperio

de la absoluta juventud y el talento.

Pasó muy pronto. Hoy ya es

como si nunca hubiera existido." (Pecado original)


Y hasta poemas enteros, como el titulado El mañana

"A los veinte años nos dijeron : 'Hay

que sacrificarse por el Mañana'.

Y ofrendamos la vida en el altar

del dios que nunca llega.

Me gustaría encontrarme ya al final

con los viejos maestros de aquel tiempo.

Tendrían que decirme si de verdad

todo este horror de ahora era el Mañana."


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