En el octubre de veinte años atrás escribí este poema dedicado al autor de La casa encendida, muerto entonces, y nunca más supe de su paradero hasta hoy en que, revisando los libros de una de las estanterías inferiores de mi biblioteca, lo encuentro entre las páginas de un libro. No quiero esperar más en sacarlo a la luz en mi blog. Decía (y dice) así:
Es tu nombre la luz,
y un perfume de abril
en la azul enramada tu apellido,
Luis Rosales, Cervantes cabalgando
sobre el Rocinante de libertad
que te dan tus palabras
encendidas en versos.
No te preocupes más: Lorca lo sabe.
Aquel paisano tuyo que la guerra
se llevó confundido,
ahora sale a tu encuentro
y te dará un abrazo de Alhambra y de jardines.
La paz os abrirá sus ventanales
y juntos compondréis los altos versos
que el Gran Poeta dicta a sus amigos.
Es tu nombre la luz,
y un perfume de abril
en la azul enramada tu apellido,
Luis Rosales, ensalmo
que conjura al olvido.
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