El diccionario de la RAE define apócope como "supresión de algún o algunos sonidos al final de un vocablo".
En nuestro idioma tenemos abundantes ejemplos: buen en vez de bueno, gran en vez de grande, san en vez de santo, tan en vez de tanto...
Y se emplean cuando van delante de un sustantivo:
Es un buen hombre.
Pescó un gran tiburón.
Se sabía de memoria el evangelio de san Lucas.
Este último caso presenta una excepción y debe escribirse la palabra completa, santo, delante de nombres como Domingo o Tomás.
Viajé el mes pasado a Santo Domingo.
Santo Tomás es el modelo de hombre incrédulo.
El caso de tan en vez de tanto es algo diferente de los demás, pues, en vez de ser adjetivo calificativo como los otros, es adverbio de cantidad y se emplea acompañando a adjetivos y adverbios en construcciones comparativas y consecutivas:
Es tan alto como un armario.
Es tan alto que tiene que agachar la cabeza cuando entra en su habitación.
Me miró tan fijamente que llegó a asustarme.
El error se comete cuando se emplea delante de un verbo, especialmente de las formas verbales de ser, ejemplo que oímos a menudo en la radio. Hoy mismo un locutor decía refiriéndose a lo mal que va la economía en nuestro país (¡vaya noticia!):
Tan es así que los más optimistas no ven una solución del problema antes de 2014.
Aquí no vale el apócope: hay que emplear el vocablo completo, tanto:
TANTO ES ASÍ QUE...
No hay comentarios:
Publicar un comentario