miércoles, 12 de mayo de 2010

PATADAS AL DICCIONARIO

Figuras de dicción



Esta mañana, escuchando Onda Cero, uno de los colaboradores de Carlos Herrera, al comentarle el siguiente titular de los periódicos, "Garzón huye a La Haya", ha añadido: "Bonita aliteración". Seguramente se refería a la combinación "huye- Haya". Mucho me temo que lo que el periodista identifica como aliteración no sea otra cosa que paronomasia. Repasemos la Teoría Literaria al respecto. Es verdad que ambas figuras pertenecen a las de dicción, basadas en la combinación de los sonidos de las palabras empleadas o en el significante de la expresión poética, pero son bien diferentes. Mientras que la aliteración es una consciente repetición en la frase o en el verso de ciertos sonidos con el objetivo de imitar un fenómeno natural. Como sucede en los siguientes ejemplos, el primero de Garcilaso y el segundo de Zorrilla: "En el silencio sólo se escuchaba / un susurro de abejas que sonaba". "El ruido con que rueda la ronca tempestad." Garcilaso quiere expresar con la repetición de eses de sus versos la serenidad y el silencio reinantes en la naturaleza sólo interrumpidos por el zumbido de las abejas representado por las erres de la palabra "susurro", mientras que la intención de Zorrilla es imitar el ruido de los truenos de la tormenta mediante la repetición consciente de las erres en las palabras empleadas. Y paronomasia se efectúa cuando se sitúan cercanas dos palabras muy semejantes en los sonidos, pero con significación distinta, como puede verse en el siguiente ejemplo extraído de Santa teresa de Jesús: "La verdad padece, pero no perece." Padece-perece. Lo mismo que en el ejemplo que da pie a este comentario: "Garzón huye a La Haya". Huye-Haya. Pues eso.

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