martes, 25 de mayo de 2010

LIBROS

Mecanismos internos (Ensayos 2000-2005), de J. M. Coetzee







De la obra del Premio Nobel J. M. Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940), en la que destacan tanto novelas (En medio de ninguna parte, Esperando a los bárbaros o El maestro de Petersburgo) como libros de ensayos (Contra la censura, Las vidas de los animales o Costas extrañas) sólo había leído Diario de un mal año (2007) y su estilo fácil y ameno me entusiasmó. Ahora caen en mis manos estos Mecanismos internos (Mondadori, 2009) que durante días me han servido de relax a la vez que de acercamiento a novelistas que apenas conocía y a un mejor conocimiento de otros autores que se encuentran entre mis favoritos, como Green, García Márquez, Faulkner o Whitman. En este libro Coetzee se muestra como un crítico literario y reseñador de libros inteligente y acertado, empleando un lenguaje aclarador y lúcido, dos ingredientes necesarios para acercar la crítica al lector más exigente. 21 autores, con sus secretos vitales y sus técnicas o recursos lngüísticos (mecanismos internos) más destacados, son objeto de su visión personal de gran parte de la novelística moderna universal y de alguna poética también, como los casos del citado Whitman o del belga Hugo Claus. Desde Italo Svevo hasta V.S. Napaul, pasando por Musil, Walter Benjamin, Paul Celan, Beckett, Bellow, Miller o Nadine Gordimer, ven en Coetzee un lector apasionado y un escalpelo justo que abre aquí y allá en sus vidas y en sus obras para mostrarnos lo más acertado de cada uno de ellos. He aquí algunos destellos del libro:
Musil: "La única manera de funcionar en el mundo es no asomarse mucho a los abismos abiertos en nosotros por las experiencias extremas, en especial, las sexuales" (eso lo dice el estudiante Törless, protagonista de la novela que lleva su nombre).
W. Benjamin: "Para los grandes escritores las grandes obras terminadas pesan menos que aquellos fragmentos en los que trabajan durante toda su vida."
De Bruno Schulz (autor, entre otros títulos, de Las tiendas de color canela o Sanatorio bajo la clepsidra, de 1934 y 1937, respectivamente), Coetzee asegura que se orienta hacia la recreación o tal vez fabulación de una conciencia infantil, llena de terror, obsesión y gloria demente. O esto otro: Schultz tenía un talento incomparable para explorar su propia vida interior, que consiste, al mismo tiempo, en los recuerdos de la vida interior de su infancia y sus propios mecanismos creativos. De los primeros provienen el encanto y la frescura de sus relatos; de los segundos, su poder intelectual.
Para Roth (La marcha Radetzky) la línea moderna de pensamiento que dio nacimiento al Estado-nación europeo también dio lugar a los odios étnicos que llevarían a Europa a la catástrofe.
Sándor Márai (A la luz de los candelabros) : "En la literatura como en la vida, sólo el silencio es sincero". O "Somos aquello de lo que guardamos silencio."
De Faulkner (Santuario, Luz de agosto, Los invictos, etc.) dice que sus materiales son la "épica contada una y otra vez, incesantemente, del Sur, una historia de crueldad e injusticia y esperanza y desilusión y victimación y resistencia".
Mecanismos internos es, en suma, un libro donde Coetzee investiga las formas de trabajar de estos 21 autores que aparecen entre sus más de 300 páginas y lo plasma con un lenguaje claro y preciso, propio de un crítico perspicaz y valiente. De modo que el lector que conozca a los escritores comentados en el libro podrá profundizar en ellos a partir de las palabras de Coetzee y quedará enriquecido con sus opiniones, que es lo que me ha ocurrido a mí.

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