Algunas perlas lingüísticas pasadas por agua
En estos días de riadas y lluvias dañinas han proliferado las patadas al diccionario en los medios de comunicación. He aquí algunas de las más chocantes.
En una serie de tantas como castigan la inteligencia del espectador, un personaje masculino le dice a otro femenino, que parece estar en babia:
"¿Por qué estás tan ensimismada?"
De "ensimismarse" (abstraerse, entregarse alguien a sus propios pensamientos, aislándose del mundo que lo rodea), es adjetivo que se refiere siempre a la tercera persona en singular, ella. De ahí que en el caso que nos ocupa, tendría que decirse, en caso de que existiese tal posibilidad, que no, en segunda persona:
"¿Por qué estás tan entimismada?"
Distinto hubiera sido si el caso se refiriera a alguien de quienes hablan los interlocutores o pensara el emisor:
"¿Por qué estará ella tan ensimismada?"
En un telediario, comentando el periodista enviado al lugar de la noticia la cantidad de lluvia caída allí, expresa lo siguiente:
"Como ven, la lluvia ha dejado muchísimo agua".
Es tan repetido este error de concordancia, que ha creado una costra difícil de limpiar. Probemos una vez más de explicar el caso.
Agua es un sustantivo femenino que comienza por a tónica, como alma, arma, águila, ascua, asa y un largo etcétera, que, por razones históricas y etimológicas el artículo que se le antepone es el antiguo "ela", que con el tiempo pasó a ser el artículo masculino el: el agua, el alma, el arma, el águila, el ascua, el asa, etcétera. También es correcto el uso del artículo un y los determinantes indefinidos algún, ningún. Un arma, un alma, un asa, algún águila... Pero sólo esos. Nunca otro determinante, que debe adoptar la forma femenina acabada en a: poca agua, poquísima agua, mucha agua, muchisima agua...
Así que el periodista de marras debió decir:
"Como ven, la lluvia ha dejado muchísima agua."
Y para terminar , incluimos una patada al diccionario debida tal vez al contagio de vocablos muy parecidos entre sí, pero que el empleo de uno en lugar del otro causa un resultado si no irrisorio, sí chocante.
En otro de estos telediarios, como la lluvia sigue haciendo estragos por doquier, la periodista de turno no dudó ni un momento en decir:
"En Valencia ha caído una trompa de agua."
Evidentemente, lo que quiso decir en vez de trompa fue tromba, tromba de agua, que significa o "columna de agua que se levanta en el mar por efecto de un torbellino" (en el caso que nos ocupa está fuera de lugar) o "gran cantidad de lluvia caída en poco tiempo", que es la acepción propia del caso que nos ocupa.
Atención, pues, a lo que vamos a decir, no sea que en vez de causar el efecto que buscamos, aumentemos el saco de los chistes, y hoy por hoy no estamos para eso.
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