Victoria Camps, El gobierno de las emociones,
Herder Editorial, Barcelona, 2011
Herder Editorial, Barcelona, 2011
He aquí un libro para entender la fuerza que las emociones ejercen sobre el comportamiento humano en el siglo XXI, aunque se recurra para explicarlo a los grandes filósofos, entre los que descuellan Aristóteles, Spinoza o Hume entre un soberbio elenco de pensadores de todos los tiempos.
El libro está dividido en catorce capítulos que van desde la definición de las emociones frente a los sentimientos hasta la fuerza emotiva de la ficción, pasando por la construcción del carácter, el poder de los afectos, el sentido moral y otras emociones y sentimientos como la vergüenza, la compasión frente a la justicia, la indignación ante el compromiso, el miedo, la falta de confianza, la autoestima, la tristeza, la educación sentimental o los afectos políticos.
Si embargo, aconsejo al lector que no se olvide de leer detenidamente la Introducción porque la autora adelanta en ella una declaración de principios y las verdaderas intenciones de la escritura de las páginas que siguen. Leamos algunas de sus principales afirmaciones: Es muy difícil que la ley moral rija hoy nuestras vidas o que entre las múltiples razones que condicionan nuestra conducta no cuentan casi nada las razones éticas, y eso porque no basta que conozcamos el bien, sino desearlo, ni conocer el mar, sino rechazarlo. De lo que se deduce que el deseo y el rechazo son tan esenciales para la formación de nuestra personalidad moral como la habilidad en el razonamiento. No en balde la hipótesis de la que parte Victoria Camps es que no hay razón práctica sin sentimientos. Y la pregunta que se hace la autora es qué lugar ocupan las emociones en la ética cotidiana, porque si bien hay emociones que incitan a la acción, también hay otras que la condicionan y, en el peor de los casos, la paralizan. Y concluye: “El gobierno de las emociones es el cometido de la ética.”
Sin duda, la lectura del libro nos ayudará a conocernos mejor.
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