lunes, 21 de noviembre de 2011

De vista, de oídas, de leídas


Un domingo en Barcelona
Justo el domingo de las elecciones generales decidimos bajar a Barcelona para visitar la exposición de impresionistas en Caixa Forum, para por la tarde, de regreso a casa, cumplir con nuestro derecho de ciudadanos de votar a la formación política que juzgáramos la menos mala para sacar a nuestro país del atolladero en que la han metido sus propias veleidades y gestiones y las especulaciones financieras del mundo y especialmente las europeas.
Pero aprovechamos bien el tiempo y la circunstancia para ver y revivir otras cosas. Nada más salir al exterior de la Plaza Cataluña, tras nuestro viaje en tren, pudimos ver las inquietudes de la gente que ve el mundo de otra manera en el campamento variopinto de la Plaza, pancartas, tiendas de campaña, curiosos que miran a los del 15M como personajes de un espectáculo que no acaba nunca y otros que los apoyan incondicionalmente.
Por la Ronda Universidad adelante legamos ante el edificio que me trae buenos y malos recuerdos, el de la Universidad, donde estudié con Beca los dos Cursos Comunes y el resto mientras trabajaba como enseñante en el Colegio privado de mis primeras alegrías y mis posteriores angustias. Las dos torres gemelas, el reloj, el patio de Letras con sus columnas y sus conversaciones congeladas en el tiempo, el SEU y las movilizaciones estudiantiles. El tiempo es un mar ilimitado que repite sus oleajes intermitentemente.
Luego es la Ronda de San Antonio la que nos lleva hasta el Mercado de San Antonio, hoy en obras que han sacado de su sitio habitual los puestos de libros viejos hasta la calle Urgel, en un recinto cubierto nada romántico, pero que sirve para que la gente de todo tipo rebusque entre el inmenso arsenal de cultura desparramado en los tenderetes su libro, su película, su cómic, su revista... ¡Cuántas mañanas dominicales habré pasado ahí, entre libros y ríos de gente! Siempre que mis manos se sumergen en ese mar de lectura vienen a mi cabeza mil rostros y otras tantas conversaciones de gente que ha venido a mi vida y se ha ido de ella. No puedo olvidar la magia de este sitio que ha nutrido mis modestos conocimientos y mi gusto por la literatura. Más de la mitad de mi biblioteca se lo debo al Mercadillo de libros de San Antonio.
Entre el Mercado de San Antonio y Caixa Forum, destino principal de nuestra visita a Barcelona, encontramos, en lo que fue mi primer barrio en Barcelona al llegar de mi ciudad natal, la antigua plaza de toros Las Arenas convertida hoy en un centro comercial, cultural, ocioso y culinario, de hierro y de cristal, moderno e impresionante motivo turístico donde los haya, con un mirador insuperable en su cúpula, desde cuyo contorno circular, se ve la Barcelona de Montjuic, la del ensanche, la del Puerto, la Barcelona intemporal que llevo en el alma, junto a mi querida ciudad natal. Juego de ascensores, escaleras mecánicas, rincones para tomar un café tranquilos que le hacen al visitante señor de su nido moderno y ordenado.
Y Caixa Forum. El edificio modernista de Puig i Cadafalch, verdadera joya de la arquitectura industrial, como reza en el folleto publicitario de la antigua fábrica, alberga, además de los Ballets rusos de Diaghilev (1909-1929), "cuando el arte baila con la música",
una bellísima colección de cuadros impresionistas franceses pertenecientes al patrimonio colectivo de Sterling Clark, que en 1955 creó su propio museo en Williamstown (Massachusetts). Valió la pena hacer cola durante media hora. El recorrido está lleno de bellísimas sospresas. Desde Camille Corot a Renoir, pasando por Sisley, Monet, Toulouse-Lautrec, Bonnard, Gauguin, Degas y un largo etcétera, el visitante afortunado puede admirar paisajes, bodegones, figuras... La sensación, las figuras femeninas de Renoir, llenas de sensualidad y colores calientes y atrevidos. Marie-Thérèse Durand-Ruel cosiendo y rodeada de una exuberancia vegetal sigue latiendo con sus colores vivos y temblorosos en mi retina.
El resto del día se fue en recordar lo vivido. Regresé a la dura realidad en el colegio electoral donde deposité mi voto a media tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario