Torear con las palabras
Los toreros con su arte y su valentía lidian con los toros, los burlan, les sacan el máximo provecho a su bravura y su belleza campestre y, finalmente, tras una espléndida faena, acaban con su vida y se llevan como trofeos de la fiesta, además de los aplausos de los aficionados, algunos apéndices del animal. Todo muy entonado, como los pasodobles que acompañan sus lances. En el toreo los toreros son los máximos artífices, los verdaderos héroes de la fiesta nacional. Pero cuando hacen declaraciones a la prensa a veces las palabras que emplean no son los capotes que burlan a la bestia en la plaza, sino más bien se convierten en estoque que se vuelven contra ellos. Vamos, que como toreros son los protagonistas de la fiesta, pero como hablantes propinan también sus pequeñas patadas al diccionario. Un ejemplo. El matador El Juli, en un reciente telediario en Telecinco, hablando de lo espléndido de su temporada taurina, afirmó: "Veré lo que puedo dar de sí." Así, tal cual. Y se quedó el hombre como exultante, fuera de sí. Como todo el mundo debe saber, la forma SÍ del pronombre personal de tercera persona, se refiere a él, ella, ellos, ellas, y nunca a la forma de primera persona del singular YO ( MÍ es la forma correspondiente al complemento). Recuérdese la expresión: "Finalmente, el enfermo volvió en sí", frente a "Finalmente, tras mi desmayo, volví en mí." Concluyendo, porque el asunto gramatical no da de sí mucho más, el famoso torero debió decir "Veré lo que puedo dar de mí." Como torero seguirá llenando las plazas de toros y saliendo a hombros algunas tardes memorables.
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