sábado, 4 de septiembre de 2010

POEMAS DE LA MAR MENUDA

LAS BOYAS




Las boyas ya no prestan su servicio
En el vacío de la Mar Menuda:
Flotan como objetos inútiles
Marcando
Imposibles caminos, límites inexistentes
Que ya nadie respeta.
Ya ningún yate de fiesta fondea en la bahía
Más allá de la línea de boyas,
Ni abandonan la orilla los patines
Por la calle de boyas que en verano
Partían y venían luciendo sus colores
Y asustando a los bañistas.
Ahora los rojos y amarillos de las boyas
Cabecean su melancolía
Sobre el plomo oscuro de las aguas.



PANDORA




Pandora estuvo aquí
Respirando la luz que ahora me baña,
En esta mano abierta al mar callado
Junto a la Isla donde sueñan altas
Y mágicas historias las gaviotas.

Aquí estuvo la diosa que en el mundo,
La carne y el demonio se llamó Ava
Y que arriba en la Vila tiene un nido
Donde vive hecha bronce,
Sujeta al gran pecado del silencio.

Ava Gardner, Pandora,
Nostálgico silencio de metal
Que mira eterno
A este rincón bendito, Mar Menuda,
Que la llama con gritos de gaviota.


EL CHIRINGUITO


Puede que yo sea uno de los últimos clientes
Del chiringuito.
El camarero mira al cielo de nubarrones
Con ojos atemorizados
Y al camino de la playa con la esperanza
De que se acerquen algún cliente más.
La espuma de la cerveza me sabe a despedida
Mientras veo a la espuma de las olas
Retirarse mar adentro.
Ningún cliente más llega hasta aquí.
Bebo a desgana la cerveza
Y luego, las piernas frías, pago y dejo
El chiringuito oscuro
Camino de la noche prematura
Mientras oigo decir a mis espaldas
Al camarero: “Adiós, verano, adiós.”
Se encienden las farolas del paseo
Mientras una gaviota en algún sitio
Lanza al aire un grito de nostalgia.

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