Anoche en La mirada expandida (nunca lo fue tanto antes: panorámica de la imaginación), Espacio de Arte que tiene su sede en el 46 de la calle de Aviñó, de entrañable recuerdo, tuvo lugar la inauguración de BOIRES, el último trabajo pictórico hasta el presente de mi amigo Albert Casals. Rodeado de su familia, críticos de arte, conocidos y amigos, el pintor nos abrió las puertas de su alma de artista y nos habló de nieblas y sueños en ventanas de gasas, objetos caseros, materias y pigmentaciones de escalas blancas, grises, azules y tonos apastelados.
A través de esas mágicas ventanas entramos en el mundo personal e íntimo de Albert Casals, preocupado de los temas eternos: la libertad, el amor, la amistad, la infancia, el paso inexorable del tiempo, los recuerdos y el presente, que es lucha constante por crear nuevos universos y encontrar el equilibrio interior.
"Entre las nieblas del arte
espera el ángel puro de la luz
para abrirte el paso azul hacia la alcoba
donde duermen las formas indecisas
de la libre, inviolable, ágil belleza.
Y atrás dejas la suela inmemorial de tus sandalias,
la mirada oscura y el polvo de tus manos.
Y limpia el alma de todo lo terreno,
ves en el espejo lo que buscas,
la forma y el color incorruptibles
de la obra que en tu lienzo nace."
Mientras recorría con Albert la sala hablando de su obra, comprendí que su alma de artista seguía siendo niña, refulgente y atenta. Sólo así se puede concebir el mundo como algo que hay qye transformar constantemente. Su paz, su libertad, sus altas aspiraciones dependen muchas veces de la mirada de un creador, poeta o pintor.
Sus nieblas, sus sueños, sus damas, sus grafismos, formando todo un conjunto de veladas y entrañables sugerencias, nos enseñan a mirar de otro modo el mundo y nos enseña a ser mejores.
Felicidades, Albert, y suerte para la próxima entrega.
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