CAMINATA HACIA EL SUEÑO
El monumento tripartito comparte por igual la tierra, el mar y el cielo. La K de hierro oxidado por los vientos y el salitre del mar vecino se pone a andar por la poesía de la playa, solitaria y bien puesta en su destino blanco, mientras sus hermanos verticales aguardan su llegada imposible en la lejanía. Los ojos del contemplador siguen la estela de esa inmóvil caminata del metal puesto en pie por el artista, mientras sueñan en gaviotas que surcan el cielo azul claro y en velas de barcos que navegan por la espalda azul intenso del mar. ¿Son proyecciones marineras del creador? La respuesta es el mismo afán de crear arte, un sueño, un estímulo para la imaginación del que contempla el monumento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario