lunes, 18 de julio de 2011

VERSOS DE ANTAÑO

UN CORAZÓN EN LA ALFOMBRA
(Teatro de humor en verso)

Por una calle cualquiera
De no me acuerdo qué pueblo
Iban andando tres frailes
De los del hábito negro.

FRAILE UNO
¡Qué frío hace esta noche!
FRAILE DOS
Es verdad: lleva veneno.
FRAILE TRES
Veneno que me envenena
De frío todos los huesos.
FRAILE UNO
A lo que vamos: no sé
Si queda cerca esa casa.
FRAILE DOS
Sé que es fea, vieja y rasa
Con aire de no sé qué.
FRAILE TRES
¿Aire? ¡Aire de cementerio!
FRAILE DOS
No hagas chistes, Emeterio.
Que esa casa es un misterio:
No dan ganas de reír.
FRAILE UNO
No seas gafe, Timoteo.
Todo es real. Allí veo
Esa casa relucir.
FRAILE DOS
Esa es. Si yo os contara
Lo que me pasó una noche.
FRAILE TRES
No nos cuentes la aventura
Que te sucediera entonces.
FRAILE UNO
Me parece verte. “¡Hola!”,
Te dirían cien dragones.
(Ríen ambos.)
FRAILE DOS
Vosotros tomadlo a broma,
Pero yo encontré en la puerta
Una bruja medio muerta
Que se convirtió en paloma.
El viento soplaba huraño.
El ave no se movía,
Y al gemir un ala abría
En un ademán extraño.
Luego dijo: “Hay una sombra
Oculta en una cortina
Que dibujó con harina
Un corazón en la alfombra”.
Después escuché una queja
Y entré en la casa hecho un dardo
A la vez que un brillo pardo
Subía por una reja.

FRAILE UNO
¿Y tú, la dejaste huir?
FRAILE TRES
¿La cogiste de la mano?
(Ríen ambos.)
FRAILE DOS
¿Os reís de vuestro hermano?
¿Me permitís concluir?
FRAILE UNO
Sigue, sí. Vamos a ver
Si consigues de algún medio
Deshacerme de este tedio
Que me duerme sin querer.
FRAILE DOS
Pues yo, Timoteo, juro
Que aquel resplandor tan puro
En el pasillo de arriba
Se volvió en serpiente viva
Y se deshizo en lo oscuro.
Sobre la alfombra de Pisa
Encontré este raro escrito:
(Lo saca de debajo del hábito y lo lee.)
“El que aguante aquí la risa
Se morirá tan deprisa
Que no emitirá ni un grito.”
Y más abajo decía:
“El que se ría muy pronto
Vivirá apenas un día,
Y esto lo hará sólo un tonto.”
Y finalmente leí
En un rosado león:
“El que encuentre el corazón
Muy rico saldrá de aquí.”
(Guarda el papel.)
Y hoy si os fiáis de mí,
Será nuestro el galardón.
FRAILE TRES
(Reparando en una claridad frente a ellos)
Otra cosa, hermano nuestro,
¿de dónde sale esa luz,
Ese brillo tan siniestro?
FRAILE DOS
Se me olvidaba. Una cruz
Iluminada encontré
En el alto desván que
Está sobre el ataúd.
FRAILE UNO
¡Alto, alto! ¿Un ataúd?
¿Con muertos vamos a andar?
¡De eso nada! Fray Salud
Se va a casa a descansar.
FRAILE DOS
Los muertos nunca hacen nada
Si no se meten con ellos.
Y nosotros su dormir
Eterno repetaremos.
No creo que a ese desván
Tengamos que entrar. Primero
Miraremos en el sótano
Y luego en los aposentos.
El corazón ha de estar
En un lugar más abierto.
Ya está bien de introducción,
La riqueza espera dentro.

(Empujan la puerta que, al abrirse, produce un ruido terrorífico.)
FRAILE UNO
¡Qué oscuro está el interior:
No se ve ni la escalera!
FRAILE TRES
Deja el piso superior:
El sótano nos espera.
FRAILE DOS
¿Habéis cerrado la puerta
De la calle, hermanos míos?
FRAILE UNO
La hemos dejado abierta.
Voy a cerrarla ahora mismo.
Vosotros id a ese abismo,
Que enseguida estoy de vuelta.

(Los dos anteriores tantean el muro, dan con la entrada. La empujan.)
FRAILE DOS
Deja la puerta, Emeterio,
Sin cerrar, y la linterna
Ponla mirando al zaguán
Para que el otro la vea.

(Descienden unos cuantos peldaños. Pausa.)
FRAILE TRES
Ya tarda mucho ese fraile.
Acaso está en pleno baile
Con fantasmas y dragones.

(Suena un ruido prolongado.)
FRAILE DOS
¿Has oído ese murmullo?
FRAILE TRES
No han de ser sino ratones
Que están formando barullo.

(Pausa.)
FRAILE DOS
Voy a ver qué está pasando
En ese zaguán maldito.
Me suena a gato encerrado
Que descubriré ahora mismo.
Tú espera en este rellano
Y apunta el haz hacia el quicio.
En un momento lo arreglo
Y vuelvo con nuestro amigo.
Lo juro por esta luz
Que me alumbra el obispillo.

(Vase. El otro se queda solo en la escalera con la linterna apuntando hacia lo alto de la escalera.)
¡Cómo tremolan las sombras
En torno a mi ropa negra!
Oigo arrastrarse a una alfombra
Y un gemido que se acerca.
¡Venga valor, frailezuco!
Tiene que haber algún truco
Que explique toda esta gresca.
Pero ¿qué es esto que mis pies
Encuentran en las baldosas?
(Se agacha y coge algo del suelo.)
¡No es nada más que un papel
Escrito en letras borrosas!
Voy ahora mismo a leer
Lo que…
(Lee mentalmente.)
¡Si no puede ser:
Es letra de fray Salud!
(Lee en voz alta.)
“Ha venido a mí una luz
Y me ha arrastrado con ella.
Buscadme pronto en la estrella
Del cuadro en forma de cruz.”

(Pausa.)
¿Y ese cuadro, dónde está?
En forma de cruz ha dicho.
Ya me acuerdo: tiene un bicho
Sentado sobre un sofá.
Ya he visto ese cuadro antes:
Hay también dos elefantes
Y estrellas… ¡solucionado!
Ese cuadro se halla arriba
En la pared de cal viva
De un aposento cerrado.

(Alza la voz para que el fraile de la escalera del sótano le oiga.)
Vete bajando, Emeterio,
Que enseguida estoy contigo.
Han llevado a nuestro amigo
Hacia otro nuevo misterio.
FRAILE TRES
(Voceando.)
¿Qué dices de un cementerio?
FRAILE DOS
(Voceando.)
De eso nada. Que han llevado
A fray Salud a una estrella,
Y en un cuadro está colgado.
FRAILE TRES
(Ídem.)
¿Qué mujer dices que es bella?
¿Vive el pecado en la casa?
FRAILE DOS
(Ídem.)
No das una, balarrasa,
Y baja ya la escalera.
(Aparte.)
Una aventura me espera.
¡Qué emoción! A ver qué pasa.

(La luz desaparece de la entrada al sótano. Pero el fraile, apoyado en el pasamanos de la escalera del piso superior, empieza a subir.)
Ya estoy más cerca del quid.
Arriba hallaré una puerta
Con un llamador dorado
Contando diez a la izquierda.
Uno…dos…ya falta menos:
Sólo ocho banzos me esperan.
Después todos, Timoteo,
Te darán la enhorabuena.
FRAILE TRES
(En el sótano, respira aliviado. Aparte.)
¡Cuánta humedad en los muros
Y en la escalera de piedra!
No me he roto de milagro
Tras resbalar la cabeza.
Pero todo se consigue
Si es importante la empresa.
Y yo he de encontrar aquí
El corazón de la cuenta.
Ya no queda ni un peldaño
Y aquí aparece la puerta.
Emeterio, continúa:
Detrás está la sorpresa.
Este cerrojo será
Para abrir esta madera.
Mas ¿qué les pasa a mis pies
Que no me aguantan las piernas?

(Una trampa se abre a sus pies y cae.)
¡Ay que te caes, Timoteo!
¿Ésta será la sorpresa?
(En en el suelo, palpándose los huesos.)
¡Y vaya sorpresa, madre!
Me he roto hasta la cadera.
¿Dónde estoy? No veo nada.
Sólo me envuelven tinieblas.

(Una luz avanza hacia él desde un rincón.)
¡Ay, Dios mío! ¿Y esa luz
Que viene hacia mí tan fiera,
qué querrá? Ya los sentidos
me abandonan y las fuerzas.
¡Qué sopor! Estoy soñando
Que muy lejano me llevan.
FRAILE DOS
(Sigue contando en la escalera del piso superiot.)
…Y diez. Acabé la cuenta.
Debe estar aquí la mano
De bronce sobre un insano
Dragón de cara violenta.
Moviendo la mano a un lado
Se debe abrir esta puerta.
(Se abre.)
En efecto, ya está abierta
Como queda demostrado.
A buscar ahora ese cuadro
Que tiene forma de cruz
Y la estrella en que Salud
Fue incrustado sin taladro.
Debo de estar ya muy cerca
Del corazón deseado.
(Se palpa el costado izquierdo.)
Lo noto en la fuerte y terca
Respiración de este lado.
Se alzaba frente a la ojiva
En un espacio del muro.
Voy a abrirla, está muy oscuro,
Para ver la imagen viva.
(Abre la ventana. Se asombra.)
Pero vaya, ¡qué sorpresa!
En blanco está la pared.
¿Y fray Salud? ¿Y la estrella?
De los elefantes…¡res!
Son muchas cosas secretas.

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