Otro robo al Arte y la Literatura
Todos los medios de comunicación se han hecho eco del robo del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago de Compostela. Y nadie sabe nada. Y por lo visto sólo cinco personas, incluido el deán de la Catedral, poseía la llave de la caja fuerte donde se hallaba la joya literaria junto con otros objetos artísticos. A veces ocurren cosas cuya explicación, a la larga, es sencillísima. Esperemos que esta vez también sea así y el Códice Calixtino, que tiene un valor incalculable (en cierta ocasión que salió de los honorables muros de la Catedral se aseguró por mil millones de pesetas) aparezca lo antes posible (de momento, la policía sigue varias pistas).
El Códice llevaba ocho siglos en Santiago, desde que uno de sus autores, Aimérico de Parthenay, lo trajera desde Francia en el siglo XII y lo donara a la Catedral de Santiago para redimir a su alma. Se llama Calixtino porque la recopilación de los cinco libros de que se compone el Códice se debe al Papa Calixto II. Es un manuscrito iluminado de mitad del siglo XII que habla del camino de Santiago incluyendo consejos, costumbres de las gentes que viven a lo largo del Camino, milagros y textos relacionados con el Apóstol, etcétera. Está dividido en cinco libros, precedidos de una carta del Papa Calixto II: Libro de las liturgias, Libro de los Milagros, Traslación del cuerpo del apóstol a Santiago, Conquistas de carlomagno y Guía del peregrino. Les siguen dos apéndices, el primero de los cuales recoge Obras polifónicas.
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