martes, 9 de febrero de 2010

A PROPÓSITO DE POE



Hace unos días me hacía eco en mi blog de una curiosa noticia relacionada con el autor de El cuervo, según la cual una persona anónima dejaba todos los 19 de enero un ramo de flores y una botella de coñac ante la tumba del poeta.

Hoy quiero dejar aquí un poema dedicado a él.




Desde niño me gusta hablar de Poe,
Del escritor que tiene frente abierta hacia la luz
Y cabellos sumidos en nubarrones tristes
Que llueven mil cipreses por los ojos
Y hablan de lutos por los labios
Unidos en un horizonte sin retorno.
Del escritor de muertos enterrados vivos
Y corazones delatores, gatos negros
Que emparedados siguen maullando en noches largas,
Y terribles hipnosis que prolongan más allá de la muerte
A Valdemares y esperanzas.

Desde niño leía sus historias de miedo
Y me subía al desván de la casa materna
A soñar con los rayos de sol donde nadaban
Las partículas vagas del olvido
Y los muebles abandonados,
Acompañado sólo del libro donde un cuervo
Repetía “never more” y un gorila
Asesinaba a dos mujeres en la calle Morgue.
Cuando la luz se iba de la claraboya
Y la noche ponía huevos
De misterio en mi imaginación de niño,
Bajaba la escalera del desván disfrazado de Poe
Y era capaz de contar a los amigos
Las historias más terroríficas
En los tubos de las obras que esperaban
Para alcantarillar las casas pobres de mi barrio
Donde la posguerra había sembrado
Un futuro de incertidumbres
y pan negro.

1 comentario:

  1. Las lecturas de Poe me llevan a la adolescencia. Ahora se disfruta menos o mejor, nada, de la lectura.
    Buen poema.

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