El rito
Dentro de poco el rito estallará
con el chupinazo de la fiesta.
Del baúl saldrá el pañuelo rojo
para anudarse al cuello nuevamente
y amanecerán con el día las carreras
delante de las astas presurosas,
mientras el aire se impregnará de miedo
y olor a vino y sangre.
Es fácil simular la enfermería,
las caídas sobre los adoquines
y las heridas negras de los toros.
La fiesta continúa en las tabernas,
en las plazas sin sueño
y en las noches sin alba.
Pero alguien llorará como cada año,
alguien guardará el pañuelo rojo
como un crespón de luto
y vivirá sin San Fermín ya para siempre.
¿De qué habrá servido correr ese kilómetro
en el túnel sin salida de tres breves minutos?
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